lunes, 12 de junio de 2023

El buitre no come alpiste


Plasencia, con sus dos catedrales, es la puerta al Valle del Jerte, el secreto mejor guardado al sur de la meseta, en la frontera norte de Cáceres, junto a otras tierras colindantes a reivindicar como la Vera, Granadilla, las Hurdes y Gata, paisajes agrestes mojados por ríos y piscinas naturales. El viejo puerto de Béjar, en la provincia de Salamanca, marca una divisoria que separa dos enclaves muy distintos: al sur, un mundo añejo y olvidado, a la vez primitivo y evocador, la tierra de mi madre. Allí surgió Extremoduro.

Tras una juventud convulsa y algún proyecto musical truncado, Roberto Iniesta quiso arrimarse a los mejores, y en Plasencia los mejores tenían nombre propio: el guitarrista Gonzalo Muñoz (Salo) y el baterista Luis Von Fanta, ambos rockeros de la vieja escuela. Como líder natural, Roberto era un tipo listo, uno de esos galgos corredores que nunca paran quietos y que muestran, para bien y para mal, una inquebrantable fe en sí mismos. Sin ese ego contumaz, aquel proyecto no habría llegado muy lejos: de poco vale el talento si no va acompañado de trabajo y obstinación. Eso fue lo que empujó a Robe a vender el primer disco aún antes de poder grabarlo, para conseguir el dinero necesario, así como viajar a Madrid y abandonar a su familia, una y otra vez, para vagabundear durante varios años por la geografía española. 

Aquel primer casete se regrabó infinidad de veces. De pronto podía oírse en cualquier bar de pueblo de Cáceres; luego, como las carabelas de aquellos conquistadores de la Extremadura de antaño, el artefacto sonoro abandonó su tierra para arribar en otros puertos. Seguía, hasta cierto punto, el legado de Leño, compartiendo a su vez espíritu con el colorido hippy de unos Lole y Manuel. Pero, a diferencia de todos ellos, la música era áspera y bruta. 'Heavy con ladillas', como la definió una vez Joaquín Sabina. Y qué decir del cantante... Roberto nunca ha tenido buena voz. ¿Qué tenía entonces de especial aquel grupo? ¿Cuál fue el secreto? 


'Como soy de campo, a mí eso del rock urbano no me llega. Yo lo llamo rock transgresivo porque las letras tienen que llegar. No es música para bailar. Hago algo que te llega, que te motiva, que te hace sentir...'

El secreto de Extremoduro fue compaginar el rock más áspero con una particular sensibilidad lírica, a la par que definir una propuesta alejada de los sonidos que se exportaban desde Madrid. Frente a la modernidad de otras nuevas formaciones, la música de Extremoduro aportaba un fuerte sabor castizo, confiado y sin complejos. En los primeros conciertos mezclaban poesía recitada, jotas extremeñas y rock duro; la asilvestrada voz del cantante y las guitarras endiabladas contrastaban con melodías sensibles y dulces canciones de amor; en las letras, la lírica más fina contrastaba con las expresiones más vulgares. El peso de las composiciones, como también de todas las decisiones musicales, pivotaba en torno a Roberto Iniesta: a fin de cuentas, él ha sido siempre Extremoduro. Individualismo feroz y una querencia por símbolos naturales. Y contra pronóstico, aquella extraña mezcla cuajó. 


Vagabundeos y continuas despedidas. Iniesta nunca tuvo reparos en romper con personas allegadas. Ni Von Fanta ni Salo, que habían aportado su magia a aquel sonido, quisieron seguirle el ritmo. Luego llegarían otros socios, destacando, por encima de todos, Iñaki 'Uoho' Antón, de los Platero, que fue quien mejor domesticó la música de Robe para contribuir a llevar a Extremoduro a lo más alto. Compositor intuitivo, con indudable talento pero escasa formación, Robe se benefició del conocimiento académico y del buen hacer de Iñaki en la producción. Instalados en el norte, cerca de Bilbao, la dupla se consolidó durante años, hasta que la historia se repitió y, no hace tanto, se confirmó la ruptura definitiva. 

Fue hace tres años cuando prometieron un último concierto, que impidió la pandemia. Algunos esperábamos verlos tocar por última vez, pero ya no será posible. De nuevo, Roberto vuela solo, haciendo honor a sus letras y su biografía. Personaje complicado, buitre que no come alpiste. 'Rock transgresivo', 'Somos unos animales', 'Deltoya', 'Agíla', 'Yo, minoría absoluta', 'La ley innata'... Dejaron para la posteridad un puñado de grandes discos que pertenecen a la banda sonora de una o dos generaciones; a algunos nos marcaron sin remedio y han influido a no pocos artistas del rock español. Ahí es nada.

jueves, 1 de junio de 2023

El periplo de Eskorbuto... Hoy, que hablen otros

 

'Josu se había fumado todos los “Popular 1” y todos los “Disco Express” del mundo y recreaba también toda aquella literatura como Alonso Quijano hacía con los libros de caballerías. Aquella pobre guitarra recibía golpazos constantemente y nunca se rompía, si acaso le ponía otra pegatina sobre la grieta y en paz'. (Roberto Moso. Flores en la basura)

'Una vez Josu anunció su suicidio en escena. Al final sólo se tiró desde la torre de sonido, se rajó un brazo y se llenó de sangre. En otra ocasión, en el Paraninfo de Deusto, un impresionante edificio de la universidad, Juanma comenzó a insultar a las instituciones mientras ponía las cuerdas y para finalizar el discurso sacó la navaja y la lanzó contra el inmenso cuadro del patrón de la universidad. ¡Quedó clavada! El rector estaba allí, así que fue el último concierto en esa universidad'(Paski, técnico de sonido)


Los viajes a Madrid de Eskorbuto fueron siempre sonados. Del primero volvieron ya con un contrato con Spansuls Records para grabar aquel legendario “Mucha Policía, Poca Diversión”, lema que fue adoptado por la coordinadora de comparsas de la “Aste Nagusia” bilbaína. Poco después actuaron en la gala de “Radio Tres”, a altas horas de la madrugada. Todavía recuerdo el comentario asombrado de Beatriz Peker: “¡Sí, lo está haciendo, está rompiendo la guitarra!”. De aquel concierto volvieron convencidos de que el punk madrileño estaba plagado de pijos’. (Roberto Moso. Flores en la basura)

'Perico Sánchez, del sello Spansuls, estaba interesado en editar su material. Les había conocido en el famoso Rockola de Madrid y, por cierto, fuera, porque a Eskorbuto nos les dejaron entrar por las pintas que llevaban. Vio que eran justo lo que buscaba. Algo real. No una simulación, como Ramoncín, ni teatro, como otros grupos del foro'. (Álvaro Corazón. Jot Down)

'Josu era Pete Townshend, un genio. Lo admiraba. Recuerdo una ocasión en que yo rompí una bandera española y él una ikurriña'. (Perico Sánchez, de Spansuls Records)

'Un capítulo decisivo en su atormentada odisea, fue la detención en Madrid y la aplicación de la ley antiterrorista. “Las Gestoras pro-Amnistía dormían mientras nosotros nos pudríamos”... Corrieron muchos ríos de tinta en su día con este suceso que a ellos les cabreo sobremanera, pero antes de que ocurriera, ellos no estaban alineados con la izquierda abertzale y es muy probable que simplemente las Gestoras pro-Amnistía no supieran que les habían detenido (yo mismo, no me enteré hasta que salieron)'(Roberto Moso. Flores en la basura)

'Los detuvieron en un taxi por manguis. Primero sólo a Juanma, Josu fue a buscarle y le detuvieron también. Después, con “A la mierda el País Vasco”, se hicieron malditos en Euskal Herria, tenían muy interiorizado que les echasen del Rock Radical Vasco, pero estaban orgullosos de no venderse a nadie. Lo tenían claro: Eskorbuto no tenía patria. Ni vascos, ni españoles, Eskorbuto y punto.(Paski, técnico de sonido)

'La Euskadi revoltosa, musicalmente hablando, demuestra su carencia de ideas, su radicalidad fue pura apariencia, un montaje, un negocio, nosotros lo dijimos al comenzar todo. No formamos parte, no traicionamos nada, pero son muchos los que sí lo han hecho. Ellos querían un grupo para manejar en cada provincia. En Guipuzkoa podían llamar a los RIP, en Álava tenían a La Polla y Hertzainak, de Navarra era Barricada y les faltaba un grupo en Bizkaia. Pero con nosotros metieron la pata, les mandamos a tomar por culo. No somos mercenarios de la política como otros grupos'. (Josu Expósito)



'Pero el gran drama de Eskorbuto, es que no valían para malos. Lo intentaron con tesón pero no les salía. Si trataban de robar en una iglesia, despertaban a todos los vecinos y acababan en chirona. Si pretendían dar un tirón, la dueña del bolso resultaba ser campeona olímpica y corría más que ellos. Si se colaban en el tren, los guardias jurados les daban pal pelo. Podían hacer burla a una pareja de la Ertzantza y echar a correr, meterse en un portal a hacer sus maniobras y encararse con el vecino más malencarado del mundo, entrar en el autobús y dedicarse a comprobar si el martillito de emergencia sirve de verdad para romper el cristal (servía), era un puro sinvivir. En varias comisarías ya se los tomaban a cachondeo'. (Roberto Moso. Flores en la basura)

'Una orquesta le dejó su guitarra a La Polla Records y Josu se la guindó. Le pidieron que la devolviese pero la guitarra no se movió. Desde entonces no hubo buena relación. La llevaba pegada al culo, tocaba con ella, una Gibson numerada. Al final nos la quitó la Guardia Civil después de un concierto en Navarra en el 87, estaba denunciada'(Paski, técnico de sonido)

'Amezaga, que estaba presente el día de autos, confirma una leyenda que se ha transmitido de boca a boca a lo largo de décadas: "Un día llegaron a grabar con una guitarraza del copón, una Gibson bestial. Pero al poco rato llamaron a la puerta y era la Guardia Civil. Resulta que la habían robado y vinieron a recuperarla". Se trataba del célebre instrumento que los miembros de Eskorbuto sustrajeron a La Polla Récords tras un concierto compartido y que acrecentó la enemistad entre ambos grupos, con cruces de canciones amenazantes incluido. Esta anécdota supone posiblemente el punto álgido de ese aura de malditismo que tanto parecían disfrutar los vizcaínos'. (Luis P. Ferreiro. La Opinión. A Coruña)

'Creo que cualquier cosa con ellos está liquidada, pero como grupo y como canciones, la hecatombe. Y unas macabras vidas, muy reales y a respetar. Otra cosa es que si les ibas a invitar a cenar en tu casa, tú mismo... Eran peligrosos de verdad. No eran unos mindundis: para payasadas, nada'. (Evaristo Páramos, líder de La Polla Records)


'Es verdad que tenían mala fama, pero conmigo siempre fueron muy majos. Al respecto, el otro día me recordaba un amigo como en las Siete Calles me perseguían Jualma y Josu para pedirme dinero, porque estaban sin blanca y querían seguir tomando cervezas. Me vieron por casualidad. Yo, que estaba de fiesta, entraba en los bares por una puerta y salía por otra, pero al estar al acecho, al final no me pude zafar de ellos, así que recaudé con los de mi cuadrilla unas 150 pesetas y se las ‘presté’. Solo así me dejaron seguir tranquilo'(Aitor Amézaga, teclista)

'Tras editar dos discos en 1986 -su obra maestra Anti Todo y el directo Impuesto Revolucionario-, la banda se embarcó un año más tarde en su proyecto más ambicioso, pese a tener todo en contra. El plan consistía en hacer un doble LP conceptual titulado Los Demenciales Chicos Acelerados, que contaría una historia con planteamiento, nudo y desenlace. Una Ópera Rock, para entendernos, al estilo de Quadrophenia (The Who, 1973), pero en versión punk. La idea, tratándose de uno de los grupos más brutos del momento, parece tan absurda hoy como en su momento, pero el sentido común no les echó atrás'(Luis P. Ferreiro. La Opinión. A Coruña)

'Ellos necesitaban un teclista y me llamaron. Me dijeron que escuchase las canciones y a ver qué podía meter por ahí. No tenían claro lo que querían. Otra gente con la que trabajé sí que sabía lo que quería, me pedían un piano en una onda blues en tal tema o lo que fuese, pero Eskorbuto no. Me decían que adelante, que hiciese algo, y todo les encantaba'(Aitor Amézaga, teclista)


'Más tarde, cuando los componentes de Eskorbuto tenían necesidad perentoria de pasta protagonizaron algunos capítulos insólitos. El elepé “Los Demenciales Chicos Acelerados” fue editado idéntico por dos discográficas distintas y con dos portadas que no tienen nada que ver, caso probablemente único en la historia del rock, ¿la causa?, ellos se llevaron el “master” que era propiedad de Discos Suicidas y lo vendieron a una segunda compañía discográfica sin comentarles (un olvido lo tiene cualquiera) que se trataba de un disco ya editado'(Roberto Moso. Flores en la basura)

'De manera ilegítima decidieron revender el disco, una mala copia del master, por cierto, al sello madrileño Twins, que tres años antes les había editado el LP Eskizofrenia. Twins desconocía que aquel disco había sido editado ya, por lo que accedió a hacer aquel contrato"(Diego Cerdán, Historia triste)

'Es cierto que gustaban de lo ajeno y que alguna de sus más sonadas anécdotas están relacionadas con este hobby, pero también es verdad que solo robaban a quien consideraban que se lo merecía, a la vez que rechazaban oportunidades que habría hecho crecer su éxito por interpretarlas como una prostitución de sus principios. El caso es que, una vez editado Los Demenciales Chicos Acelerados, Eskorbuto asaltó las oficinas de Discos Suicidas y robó un original del álbum. "Nuestros discos son nuestros. Aunque salga firmado con una casa de discos, los podemos sacar nosotros algún día. Igual lo hacemos", había advertido el propio Josu meses antes. Y vaya si lo hicieron'. (Luis P. Ferreiro. La Opinión. A Coruña)

'Con la adicción se incrementó la inestabilidad: no tenían organización, ni instrumental fijo, ni manager. Fueron de pocos amigos, ni llamaron a colaboradores en sus discos, ni tocaron temas ajenos. Tampoco hicieron migas especiales con sus coetáneos'. (Paski, técnico de sonido)

'Demasiados Enemigos” titularon su última obra. Nada más cierto. Llegó un momento en que eran odiados por los “picas” del tren y por las gentes de bien, por la policía y por muchos militantes radicales, por los taberneros de medio Bilbao y por casi todos los músicos, por muchos “punkys” que les consideraban macarras y por muchos macarras que les consideraban “punkarras”.'  (Roberto Moso. Flores en la basura)

'La prohibición en Euskadi es casi inapelable, gracias a los cerdos de Herri Batasuna, ¿a quién creen que van a engañar? HB miente diciendo que son gente de las calles, yo sé que las calles somos nosotros, y gente como nosotros, que sobrevive en ellas y la política la manda al infierno'. (Josu Expósito)

'La precipitación al vacío fue vertiginosa, fueron ofreciendo cada vez menos, perdiendo ganas y gancho. Aún hicieron dos renqueantes discos: 'Las más macabras de las vidas' (Butoeskor, 88) y 'Demasiados enemigos' (eukz, 91), cuyos temas nunca ensayaron para el directo: hacían el mismo repertorio desde 1986. Su actitud insumisa fue dando paso a un resquemor vital desvalido, pedigüeño y de poco fiar. Comenzaron las frecuentes hospitalizaciones'. (Kike Babas)

'En sus últimos años, Josu en Navidades hacía belenes municipales. Le decía: pero Josu ¿ y esto? y respondía: a mi me dan la pasta, así que me la suda llevar vírgenes o camellos'. (Paski, técnico de sonido)


'Muchos le tenían tirria. Le decían: Mira ése, ha hecho la canción ‘A la mierda el País Vasco’. Es un asqueroso yonqui. Y cuando murió todos decían: Ah, yo lo conocía, era un tío de puta madre.' (Javier Arroyo)

'Después de la fama inicial, Juanma y Josu podrían haberse retirado a sus castillos de invierno y dejar que los fans se los imaginaran donde quisieran, pero no. Sus aficiones y su estricto sentido de la coherencia les llevaron a seguir en la puta calle. De esta forma, nuevas hornadas de punkeros, mucho más enérgicos, radicales, y sobre todo menos quemados que ellos, tuvieron la extraordinaria oportunidad de rular con sus ídolos por la calle y comprobar en directo si eran tan auténticos como los habían imaginado. Insisto: ellos no valían para ''malos'', sencillamente no lo eran. (Roberto Moso. Flores en la basura)

'Me suenan crudos, rotos, macabros, desesperados, insolidarios, salvajes, violentos y aniñados. Escultores de la letra más hiriente y del ripio más fácil, apologistas de la muerte en vida, lúcidos y geniales en una canción y renqueantes en la siguiente.' (Josu Arteaga)

'Si alguna vez ha existido un espíritu punk elemental, callejero y antisocial, sus representantes más fieles deberían ser Eskorbuto... El rock juega y bromea con lo siniestro, lo funerario, lo gótico. El juego de Eskorbuto era real, de carne y hueso.' (Iñaki Zarata)

'De aquella triste etapa de finales de los ochenta sacaron un balance catastrófico: se engancharon de forma irreversible, destrozaron lo que les quedaba de salud y fueron vetados en casi todos los bares donde pretendían entrar, esto sin contar la innumerable cantidad de palizas que se comieron para demostrar su valor. Porque valientes sí eran, demasiado incluso.' (Roberto Moso. Flores en la basura)