martes, 30 de abril de 2024

El buen mestizaje

Y de la guitarra flamenca pasamos al rock, sin abandonar el terreno patrio con sabor andaluz, así como el delicioso sonido de nuestras guitarras. Gualberto García fue uno de los precursores de lo que se vino a llamar rock andaluz, y para disfrutarlo les dejo la canción con la que lo descubrí, aquí, en la blogosfera. Su nombre lo dice todo, 'Tarantos (para Jimi Hendrix)', incluida en el álbum 'A la vida, al dolor' (1975) perteneciente a su carrera en solitario, tras su periplo con Smash. Y como sé muy poco de este músico, más allá de este álbum y alguna otra olvidada escucha, dejaré que me lo cuenten ustedes, que seguro saben más que yo. Mientras tanto, espero que disfruten de este temazo de épica contenida, guitarras incendiarias, línea de violín y palmoteo incluido. Porque el buen mestizaje es aquel que sabe incorporar las formas de lo ajeno, añadiendo con buen gusto el ingrediente propio.

lunes, 22 de abril de 2024

Dedos listos

 Le costó, en su momento, ser reconocido por algunos maestros de la guitarra clásica, que veían en él a un analfabeto musical, por aquello de que se formó sin saber leer partituras; un tipo que solo tenía 'dedos listos', como dijo de él Andrés Segovia, aludiendo a su velocidad de ejecución y a la cantidad de notas que conseguía incluir en cada compás. Ha llovido mucho desde entonces, pues la crítica musical y la memoria colectiva pronto supieron hacerle justicia. Podría decir eso de que fue un revolucionario del flamenco, u otros tópicos, pero yo no entiendo de flamenco, y en boca cerrada no entran moscas. Lo que sí parece claro es que supo sacar al género de la endogamia, actualizando su forma de expresión y convirtiéndose en el primer guitarrista flamenco con una fama equiparable a las estrellas del pop. Y con todo, enarbolaba esa honestidad y humildad que son tan difíciles de encontrar entre los artistas encumbrados. Se muestra en cada una de sus entrevistas: él solo hablaba de lo que sabía, y no le interesaba fingir otra cosa.

Hoy les dejo su tema más popular, esa rumba imponente con la que se hizo célebre más allá del mundo del flamenco, alcanzando a la audiencia generalista. No deja de impresionar la manera en la que este tema nació. Que la disfruten.

'La rumba nació en unos estudios de grabación. La casa de discos me exigía que había que grabar ya porque el público pedía un nuevo disco; entonces yo no tenía temas para grabar, y allí mismo, en los estudios, llamé a un bajo y a un bongo e improvisé sobre tres tonos la rumbita 'Entre dos aguas'. Ese tema está completamente improvisado en el disco. Es la primera vez, en mi carrera como músico y en el flamenco, que se improvisa a la manera que lo hacen los músicos de jazz. Ese fue un paso importante en mi carrera de guitarrista'.


lunes, 15 de enero de 2024

Destrozando clásicos

 Recordando un viejo blog que tuve, he decidido retomar por una sola vez una mala costumbre de entonces, que era destrozar clásicos. Tengo la Telecaster y el ampli en un trastero, y a mi guitarra española le falta la cuarta cuerda (¡siempre se rompe la cuarta cuerda!), así que opté por darle un saborcillo rítmico a la versión casera, en lugar de melódico. Que Dylan y Hendrix me perdonen, pero aquí no tenemos vergüenza, somos unos sinvergüenzas.

martes, 9 de enero de 2024

Fun House, la quinta esencia


 

'Cuando The Stooges, el primer disco, salió al mercado, en agosto de 1969, me reuní con la gente de mi promoción. Escucharon a Iggy y dijeron, 'Esto no son los Doors, no son Love, no es Judy Collins, no es Tom Paxton, ¿qué demonios es esto? ¡No es más que ruido! Yo dije, 'Pero tiene sentido. Es vendible. ¿No entiendes lo que está haciendo con el rock&roll? Era difícil vender a Iggy. La gente no entendía al grupo'. (Steve Harris, de Elektra Records)

'Con el primer disco no conseguimos un reconocimiento inmediato, y las ventas no iban nada bien. Pero teníamos contrato por tres años y Elektra decidió que grabáramos el segundo disco en sus estudios de Los Angeles. En Fun House, nuestro segundo álbum, intentamos recuperar el sonido que tenía el grupo antes de grabar el primero. Era una forma más libre, más improvisada, y añadimos al saxofonista Steve MacKay. Básicamente, era un disco en directo grabado en estudio'. (Scott Asheton)

'En abril o mayo de 1970, volvimos a Detroit después de la grabación en California, y las cosas habían cambiado. De repente, el paro estaba provocando que la gente emigrara de Detroit. La atmósfera había cambiado, y empezamos a consumir drogas duras'. (Iggy Pop)

'La paz y el amor tenían poco que ver con aquellas canciones. Nos daba igual que la gente se sintiera bien. Nos interesaba más lo que estaba pasando en realidad, lo aburrido que era todo, cómo te tratan en realidad. La palabra perfecta para describir nuestra actitud era 'Basura'. Que les den por saco, somos basura, nos da igual'. (Scott Asheton)




'Dave Alexander fue expulsado del grupo en el festival Pop de Goose Lake, por ponerse hasta el culo. Estaba nervioso por tener que actuar delante de tanta gente, y se bebió una pinta de Kessler, fumó un montón de costo y se tomó unos tranquilizantes. En el escenario, se olvidó de todas las canciones. Los demás lo pasamos bien y tocamos, y de hecho salió muy bien, pero al bajar del escenario, Iggy estaba cabreado. En cuanto vio a Dave le dijo, 'Ya no estás en el grupo'. Dave se largó inmediatamente. A mí me pareció mal, pero Iggy fue inflexible'. (Ron Asheton)

'El lugar donde se inyectaban en la Fun House era el apartamento de mi hermano. Tenía un dormitorio, un cuarto de baño, y era perfecto para meterse droga. Había sangre en el techo, en las paredes, unas gotas enormes. Esto continuó durante mucho tiempo. Luego goteaba sobre la mesa y el suelo, que estaba lleno de bolas de algodón. Cuánta degradación'. (Ron Asheton)

'Iggy se casó. Recuerdo el día de su boda porque fue el día en que Iggy y yo iniciamos nuestra relación sentimental. Yo nunca llevaba falda ni vestidos, los odiaba, pero el día de la boda decidí llevar un vestido corto escotado por la espalda. Era la primera vez que alguien me veía las piernas. Y podría decirse que Iggy me prestó mucha más atención que la debida para ser un hombre que se acababa de casar. No me quitaba el ojo de encima. 'TV Eye' era una expresión mía. Eran cosas de chicas. Mis amigas y yo creamos un código. Era para avisarnos entre nosotras cuando veíamos que un tío nos estaba mirando mucho. Significaba 'Twat Vibe Eye'. En plan, 'tiene un TV Eye sobre ti'. Iggy se enteró de la expresión y le gustó. Fue entonces cuando escribió la canción 'TV Eye'. (Kathy Asheton, hermana de Ron y Scott)

'Mi relación con los Stooges se estaba desmoronando. Tenía que ir a sacarles de hoteles, pagando con mi propio crédito. No me lo podía permitir. No ingresábamos nada de dinero. Se rumoreaba que, los fines de semana, atracaban gasolineras para pagar el alquiler de la casa. Además, la casa iba a ser derribada, porque iban a construir una autopista que pasaba por allí.

Fue entonces cuando me llamaron a las cuatro de la mañana para decirme que habían clavado un camión de cuatro metros y medio de alto bajo un puente de cuatro metros, en Ann Arbor'. (Danny Fields, manager de los Stooges)

'Nadie me dijo que el puente era más bajo que el camión. Salí disparado del camión unos diez metros. Uno de los tipos se dio contra el salpicadero y se rompió los dientes, quedando inconsciente; el otro se golpeó contra el parabrisas y tenía toda la cara ensangrentada'. (Scott Asheton)

'No sé cómo, Scotty Asheton acabó debiendo dinero a una banda de motoristas, e iban a ir a por él. Querían darnos una paliza, robarnos el equipo y destrozar el lugar. Era como sitiar la Fun House. Convertimos la casa en un fuerte. Pusimos contrachapado en las ventanas y reunimos un montón de armas, escopetas, pistolas, de todo'. (Bill Cheatham, roadie de los Stooges)



Todas las citas están tomadas del libro 'Por favor, mátame. La historia oral del punk', de Legs McNeil y Gillian McCain.

Los audios no son las versiones finales del álbum, sino tomas descartadas del estudio de grabación en Los Angeles, durante las sesiones de Fun House (1970), tomadas de la caja de discos 'Fun House. 1970. The Complete Sessions'. 

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Algunos expertos popularizaron el concepto 'protopunk', aplicado a los Stooges. Tiene su sentido, pero a mí no me convence; es como entender a este grupo como una eslabón más en la cadena de un género que ni siquiera había nacido cuando los Stooges vivieron su mejor época. Desde luego, no hace falta pensar en el punk para comprender y sumergirse en la música de aquellos 'chiflados'. Los hermanos Asheton eran fanáticos del rock inglés, desde los Beatles hasta los Who; Jimmy Osterberg (Iggy Pop) lo era del blues negro. Dándose cuenta de que no podían superar a sus ídolos, lo que pretendieron fue crear su propio blues, o su propio rock, y eso les llevó a experimentar en los límites de la vanguardia, del sonido más sucio y depravado que entonces podía concebirse.

Fun House es su mejor álbum. Nadie me convencerá de lo contrario. Tanto el primer disco homónimo como el tercero, 'Raw Power', son obras de gran valor, pero Fun House es otra cosa. La conforman 'Down on the street', 'Loose', 'Fun House', 'TV Eye', '1970', 'L.A. Blues' y mi preferida por siempre, 'Dirt' - mi preferida no solo de este álbum, ni siquiera solo de este grupo -. Un álbum irrepetible que consigue una sinergia especial gracias al trabajo del siempre reivindicable Ron Asheton a la guitarra, su inexpresivo pero peligroso hermano Scott a la batería, el malogrado Dave Alexander al bajo e Iggy Pop al micro, y por supuesto la incorporación de Steve MacKay al saxo, que dota al conjunto de ese aire de tugurio poco recomendable en el que uno podría terminar de madrugada. 

Luego llegaría James Williamson, cuya guitarra era más virtuosa que la de Ron Asheton, que solía tocar con cejilla, pero no tenía su alma, y nunca consiguió ser admitido como un stooge por el resto. Entonces se llamarían 'Iggy & the Stooges', pues Pop era la estrella, el protegido de Bowie, aunque detestado por muchos otros popes de la industria. Luego se separarían, y cada mochuelo a su olivo: Iggy comenzaría su carrera en solitario, con éxitos y altibajos, y el resto se buscaría la vida en una liga inferior. Dave Alexander, que había sido expulsado de la formación tras Fun House, falleció en 1975, y Ron Asheton lo hizo en 2009. 


'Tras derribar la Fun House, dividieron la propiedad. Por una de las partes hicieron pasar una autopista. En la otra construyeron un banco. Me quedé sin nada.

Una noche fui a la ciudad y alguien me dijo que había una fiesta en los estudios SRC. Fui y me encontré con Iggy y James Williamson. Me puse a hablar con Iggy, y de repente me dice, 'Por cierto, he firmado un contrato. James y yo nos vamos a Inglaterra'. Fue como si alguien me hubiese golpeado en el estómago o me hubiesen aplastado la cabeza con una apisonadora, porque siempre había creído que al final volveríamos a juntarnos. Salí de allí, me agarré a un árbol y me puse a llorar durante media hora.

Estaba aturdido. Terminé haciendo a pie todo el camino hasta casa, casi veinte kilómetros. Iggy lo había dicho como si nada. 'Por cierto, he firmado un contrato, James y yo nos vamos a Inglaterra...' (Ron Asheton)

jueves, 4 de enero de 2024

No temas a la guadaña...

 

La historia de siempre, chico conoce chica... No, perdón, la otra historia de siempre: joder con los Blue Öyster Cult, antes molaban pero ahora se han vendido... Pero si fue para sacar un temazo como (Don't fear) The Reaper, bienvenido sea el cambio. Magnífico juego de voces en este clásico atemporal del pop rock. Que lo disfruten.

jueves, 7 de diciembre de 2023

El despertar de la bestia


Hoy quiero reivindicar la primera época de Iron Maiden, por lo general bastante olvidada en relación a lo que vino después. Y es que, para el fan tradicional de la Doncella, no cabe el debate: lo mejor llega con Bruce Dickinson y se va con Bruce Dickinson; así, los años dorados del grupo comienzan con 'The number of the Beast'' (1982) y terminan con la salida del segundo vocalista tras 'Fear of the dark' (1992), aunque podemos acotar aún más el rango y cerrar la etapa clásica con el abandono del guitarrista Adrian Smith a finales de los ochenta. Tanto Dickinson como Smith volverían a la banda a finales de los noventa, para regocijo de los fans. Así, a pesar de haber contado con tres vocalistas en su haber, la esencia de los Maiden ha quedado ligada a la voz de Dickinson, y los discos más celebrados, esos que ocupan gran parte del setlist de los conciertos, son los de los primeros álbumes con Bruce al micrófono. Ahora bien, ¿son aquellos los mejores discos? Como no tengo clara una respuesta objetiva que pueda condensar en pocas líneas, dejaré la pregunta sin contestar.

Ahora viene la parte subjetiva: nunca me ha gustado el timbre ni el modo de cantar de Bruce Dickinson; reconozco el poderío vocal, pero me repelen sus agudos y falta de versatilidad. Sé que en esto soy un rara avis, pero si pienso en los tres cantantes que han pasado por la Doncella, antes prefiero a Blaze Bayley que a Dickinson, y por encima de todos me quedo con Paul Di'Anno, el primer frontman. Ya ven que, hasta ahora, solo hemos hablado de cantantes, porque estos han marcado las distintas etapas históricas de los Maiden, y sus composiciones se han adaptado a los recursos vocales de cada uno de ellos. Viajemos ahora en el tiempo a vuelo de pájaro.


Hablar de la música de finales de los setenta en Inglaterra daría para completar varios blogs como este, así que me perdonarán si lo simplifico en exceso. Aquello fue el acabose; la música sufrió un revulsivo que la revitalizó, marcando un antes y un después: punk, pub rock, new wave... Los jóvenes con la suficiente inquietud como para agarrar un instrumento tuvieron de pronto todas las posibilidades ante sí - al menos a nivel creativo -, pero también se vieron agitados por los cambios. Por ello, no debe extrañarnos que unos chavales crecidos en pleno East End londinense estuvieran bastante perdidos en los setenta, en cuanto a identidad se refiere. 

Dave Murray tuvo una infancia difícil y una adolescencia marcada por la cultura skinhead, que en su faceta musical era hija bastarda de la cultura mod, hasta que un día escuchó en la radio a Jimi Hendrix y entonces se cayó del caballo y se dejó crecer el pelo, dispuesto a aprender a tocar la guitarra, aunque ello le supusiera el repudio de su tribu. Las influencias musicales de Steve Harris fueron más variadas, destacando el rock progresivo y el heavy rock, con grupos que iban desde Genesis hasta Black Sabbath y Jethro Tull; desde el principio, fue Harris el principal motor para la formación de los Maiden, el cerebro detrás de la bestia. Desde 1975, la banda se va curtiendo desde abajo, actuando en toda clase de pubs del East End, primero, y del resto de la ciudad después. A Paul Di'Anno no le atraía el heavy metal; lo suyo era el rock'n roll y el punk; era cantante en una banda de punk-rock cuando pudo ver, desde el público, a un grupo nuevo que se hacía llamar Iron Maiden: al principio, no le gustaron demasiado; luego acudió a una audición para probar suerte.


Desde el principio, el arte gráfico de la Doncella es afín a la época del punk. Y ya que hablamos del arte gráfico, en el que rodea al primer disco pueden verse dibujos satíricos en los que Eddy, la mascota del grupo, o bien asesina o bien se burla de una Margaret Thatcher que sostiene un arma y controla la opinión pública; estos se han rescatado de portadas censuradas de sus primeros singles. La animadversión contra ''the Iron Lady'' por parte de la banda de Steve Harris llevó a una eterna confusión sobre el origen del nombre del grupo, que aquí descartamos. Iron Maiden fue bautizado en 1977, dos años antes de la llegada de Thatcher al gobierno británico, y el nombre hace referencia al infame aparato de tortura medieval, la dama de hierro, y no a la ''otra'' dama de hierro.

Hay grupos que tardan en desarrollarse (Genesis es un buen ejemplo), pero el disco debut de la Doncella (Iron Maiden, 1980) ya muestra todos los ingredientes en bruto de lo que daría de sí la banda londinense, que para entonces tenía sus objetivos bien fijados. El heavy metal británico de los setenta había evolucionado en paralelo al rock progresivo, hasta que la llegada del movimiento punk movió las fichas del tablero y apareció una banda de heavy rock anfibio como fue Motörhead, influyendo a su vez en otros grupos consolidados que no mencionaremos aquí. Tras una elección mesurada, el proyecto de Harris se encauzaba en lo que se llamaría ''Nueva ola del heavy metal británico'', corriente de la que los Maiden terminarían siendo el grupo estrella. Esta nueva ola no puede entenderse sin la influencia cultural del punk, pero hoy tampoco podría explicarse sin los fundamentos que asentó Iron Maiden en 1980; tomaron la contundencia directa como base, con el bajo de Steve marcando fuerte y Clive Burr a las baquetas, y remarcaron la faceta melódica, aportando sus características guitarras dobladas (Dave Murray y Dennis Stratton, primero; luego Murray y Smith).

No voy a reseñar el disco completo. Basta decir que abre con ''Prowler'', carta de presentación de las mejores virtudes de los primeros Maiden; una canción dura, de composición sencilla pero con las guitarras y la producción apropiada, sumados a un marcado tono callejero. Ese tono callejero será lo que los haga destacar entre los aficionados británicos al género, sobre todo cuando actúen en Top of the Pops con su primer single, ''Running free'', que introduce el marcado bajo de Steve, para un himno casi más rockero que heavy. Por lo demás, mencionar que el debut contiene también la aclamada ''Phantom of the opera''.



Ahora es cuando tocaría el debate: ¿qué disco de los primeros Maiden es mejor, el primero o el segundo? El debut aportó esa crudeza que los distinguió de otras bandas de heavy metal; el segundo disco grande (Killers, 1981) fue una evolución de las bases del primero hacia una mayor complejidad, sin renunciar ya a las viejas deudas de Steve Harris con el progresivo. ¿Estoy diciendo que Killers es un álbum de rock progresivo? Nada más lejos. Seguimos en el terreno del heavy metal callejero, con subrayado épico melódico que definía el estilo de la Doncella, pero el bajista y líder no quería echar raíces, y por ello se atrevió a pergeñar un álbum mucho más rico en recursos estilísticos que el anterior: tenemos varias pistas instrumentales, canciones más directas y otras de tiempo medio, más templadas. Les dejo dos pistas a modo de cata como pequeña muestra de esa diversidad. Para rematar la jugada, la banda había perdido al guitarrista Dennis Stratton y recibía con los brazos abiertos a Adrian Smith, viejo amigo de Murray, con quien se compenetró de un modo más eficiente en la técnica de las guitarras gemelas, tocando solos codo con codo.

La idea de Harris es que Killers fuera un disco más o menos conceptual en torno a la figura de distintos asesinos a lo largo de la historia. Empezaba así la relación entre las letras de los Maiden y las gestas históricas, obsesión en la que incidirían otras bandas de heavy del continente, destacando en ello el subgénero del power metal, que este servidor no tiene en mucha estima.

Sin embargo, no todos los seguidores aceptaron 'Killers' por igual, y hoy está especialmente olvidado. El propio Paul Di'Anno, vocalista del grupo, manifestó no sentirse reconocido en la deriva musical que estaban adoptando. Es necesario aclarar ahora que, a diferencia del resto de la banda, convertida ya en una máquina profesional perfecta, Di'Anno vivía en el peor ejemplo de las estrellas del rock: disipado, adicto al alcohol y las drogas y entregado a la juerga callejera, que le hacía llegar tarde a las actuaciones en vivo hasta el punto de que los Maiden debían improvisar jams instrumentales hasta que el cantante apareciese, en mejores o peores condiciones. Esta circunstancia obligo a Steve Harris, el indiscutible líder, a expulsar a Di'Anno de Iron Maiden. Es entonces cuando entró Bruce Dickinson y llegó el éxito de verdad.

¿Y qué pasó con Di'Anno? Anduvo vagando en distintos proyectos musicales, sin terminar de pisar firme y contentándose con ver a su antigua banda brillar en el firmamento del éxito y el dinero, mientras sentía que había perdido el tren de su vida. Tras un sinfín de problemas personales y de salud, hoy no siente ningún resentimiento, al menos de puertas para afuera, aceptando que no supo estar a la altura de las circunstancias.

''No los culpo por haberse librado de mí. La banda era el bebé de Steve, pero desearía haber podido contribuir más. Pasado un tiempo, aquello me deprimió (...) Llamé Hitler a Steve una vez por el modo en que dirige la banda. Es como un jodido ejército. Está muy centrado. Y no pude pensar en otra persona para compararlo''.  (Paul Di'Anno)

''No creo que hubiera que reparar ningún puente. Paul había dicho algunas cosas sobre su tiempo en Maiden, pero así es Paul. Es como es y como siempre será. Y no tengo ningún problema con eso. Una vez me llamó Hitler, lo que ofendió a algunas personas, pero a mí me pareció gracioso''. (Steve Harris)

 Dejemos a Di'Anno y a Harris que resuelvan sus diferencias y vayamos a lo que importa. Ya decía al comienzo que prefiero los dos primeros discos antes que ''The number of the beast'' (1982), el tercer disco grande, por muy encumbrado que esté entre los fans de los Maiden, y que se trata solo de una cuestión de gusto personal. Se mantienen los mismos fundamentos musicales, pero se pierde el sabor callejero en favor de otro campo de juego; las composiciones se adaptan a la voz de opereta de Dickinson, además de que se incluyen un par de clásicos del grupo cuya afición nunca he terminado de comprender, en particular 'Run to the hills'. Eso no quiere decir que no disfrute con lo que hicieron a partir de entonces, que también incluyó buenas canciones, pero algo se perdió por el camino. 

Y hasta aquí hemos llegado. Quién sabe si algún día me da por traerles aquí algo de lo que hicieron después, a pesar de todo. Lo dejo con lo que nos importa aquí, que fueron los inicios de la Doncella, con esta actuación de los primeros Iron Maiden para Top of the Pops en 1980. Estaban plantadas las bases para el desarrollo del heavy metal melódico, la firma británica que arrasaría en los ochenta e inspiraría a los dos lados del Atlántico, por mucho que el mercado americano los considere, por momentos, ''demasiado europeos'', para resquemor de Steve Harris. Pero esto, como suele decirse, es otra historia. 


lunes, 4 de diciembre de 2023

Semana otoñal (7)

 

'Whenever I get to feel this way

(Cada vez que empiezo a sentirme así)

try to find new words to say

(intento encontrar palabras nuevas que decir)

I think about the bad old days

(Pienso en los días malos del pasado)

We used to know

(...que solíamos conocer)'


Jethro Tull (1969) We used to know. Stand up. Island Records.

domingo, 3 de diciembre de 2023

Semana otoñal (6)


El inmenso puerto de Gotemburgo se abre al estrecho de Kattegat; no he tenido la suerte de estar allí, pero sí en Hamburgo, cuyo puerto sorprende al turista por su enormidad, así que puedo hacerme una idea. Suecia es más oscuro que Alemania, y eso también se nota en su música. En su momento, solo relacionaba a Gotemburgo con In Flames y otras bandas del ramo. Hay muchas influencias en In Flames, desde el heavy metal británico hasta algunas composiciones clásicas del viejo continente, donde prima más la melodía que el ritmo, todo ello atravesado por la voz gutural propia del death metal. En suma, la escena del oscuro Gotemburgo entre los años noventa y primera década del 2000 era death metal melódico. 

Por todo ello, me sorprendió descubrir, en la casa del Paseante, a un grupo de Gotemburgo que evolucionó en paralelo, pero con absoluta independencia de esa escena. The Soundtrack of Our Lives beben del rock y del pop clásico, sobre todo de influencia británica, aunque también americana. Y a pesar de toda su riqueza musical, se notan esas afinidades que tienen en común los vikingos, trabajen el género que trabajen: esa querencia por lo melódico y un leve tono oscuro como Gotemburgo durante buena parte del año.

The Soundtrack of Our Lives se separaron en 2012, pero, mientras escribía esta entrada, acabo de descubrir que han vuelto a reunirse este año, más de dos lustros después de que dejaran a la deriva el drakkar humeante. Al parecer actuaron en Vitoria en junio; qué rabia da enterarse de un buen concierto, una vez pasada la oportunidad de disfrutarlo. Les decía que TSOOL son un grupo de amplio registro musical, así que no hay una única canción que los represente. Para esta serie de entradas, les dejo con uno de mis temas preferidos de su tercer álbum, una canción preciosa conducida por un piano. Espero que la disfruten.


The soundtrack of our lives (2001) Tonight. Behind the music. Telegram Records.

viernes, 1 de diciembre de 2023

Semana otoñal (5)

 


A punto ya de publicar, habiendo incluido la imagen y el archivo reproductor de audio, acabo de darme cuenta de que, con esta entrada, ya llevo cuatro seguidas dedicadas a músicos angelinos o que han producido en Los Ángeles. De antemano, nunca hubiera relacionado esa ciudad con el otoño, pero son cosas del directo. No ha sido intencionado. 

No le he dado muchas vueltas a la hora de escoger este tema de Ty Segall, pues fue la canción con la que descubrí al prolífico músico, a través de la radio. En general, 'Manipulator' es recomendable, pero solo 'The singer' cabría en esta serie de entradas, que sabe diferenciarse como una joyita que brilla por su magia a fuego lento y sus finos arreglos; hasta el bronco solo de guitarra parece haber sido tocado por la gracia. 

Ty Segall (2014) The singer. Manipulator. Drag City.

jueves, 30 de noviembre de 2023

Semana otoñal (4)



Hoy es un jueves extraño; la gente es extraña. La huelga ha dificultado el transporte, pero me he relajado al volante; la lluvia no ha dado tregua, pero en ella se respira mejor; esa mujer me ha sonreído al pasar, pero nunca más volveré a verla. 

Cada uno de los seis álbumes de los Doors vale su peso en oro, pero todos tenemos un ojito derecho, y el mío es el segundo, publicado el mismo año que el primero, ese monumento que casi parece un grandes éxitos. Y es que, objetivamente, el segundo disco grande de los Doors no es superior al primero; ambos sacan provecho de la primera remesa de composiciones del grupo, y ambos terminan con un tema largo apropiado para la sinergia del directo, pero, por distintas razones, todo en Strange days tiene un aire bohemio muy particular: inspirado, extraño y bizarro en el sentido anglosajón del término. Para recrear esta semana otoñal, les dejo con el segundo corte, 'You're lost little girl'.

The Doors (1967) You're lost little girl. Strange days. Elektra Records.

miércoles, 29 de noviembre de 2023

Semana otoñal (3)

 


Miércoles de temperatura cambiante y precipitaciones irregulares. No nos desviaremos demasiado, porque la canción de hoy y la de ayer, por distintas que sean, se parecen al menos en dos cosas: ambas son envolventes y ambas rondan los once minutos. 

Como sabe todo fan de Tool, no han faltado las ocasiones en las que Robert Fripp ha dado muestras de apoyo y amistad a este grupo. Cuando el guitarrista Adam Jones confesó lo mucho que le debe a King Crimson, Fripp no tuvo reparos en afirmar aquello de ''hay más de Tool en King Crimson que de King Crimson en Tool''. Sea esto o no una exageración, un mensaje equívoco o un simple espaldarazo en la espalda, lo cierto es que Tool, aun con su ingrediente metalero, fueron la banda de rock progresivo de mayor alcance en los noventa. 

Les dejo una de mis preferidas de su tercer álbum. En 'Reflection' nos las vemos con la temática del ego y del narcisismo, pero la letra importa menos que la música, así que espero que disfruten con la inmersión. 

Tool (2001) Reflection. Lateralus. Volcano Entertainment.

martes, 28 de noviembre de 2023

Semana otoñal (2)



Para este martes lluvioso les propongo una canción de un estilo diferente a los que se dejan ver en este blog. Aunque la Wikipedia defina a Pelican como post-metal, podemos obviar esa etiqueta tan esnob y situarles en algún hueco entre el metal y el rock progresivo, siendo un grupo meramente instrumental. Desde que publicaron este álbum en 2005 no he seguido sus pasos, pero sí me gustó entonces ''Autumn into summer'', que aquí les dejo, porque su progresiva cadencia - aunque algo cuadriculada - consigue una atmósfera envolvente que va desde la calma hasta la tempestad. 


Pelican (2005) Autumn into summer. The fire in our throats will neckon the thawHydra Head Records.

lunes, 27 de noviembre de 2023

Semana otoñal (1)


'Rainclouds came and stole my thunder
(Nubes lluviosas llegaron y me robaron el trueno)

left me barren like a desert
(dejándome estéril como un desierto)

but a sunshine girl like you
(pero una niña soleada como tú...)

It's worth going through?
(¿merece la pena pasar por esto?)

I will never be embarrassed about love again...'
(nunca más me avergonzaré de amar)

The Jam (1980) Monday. Sound affects. Polydor.