Ir al contenido principal

British '65

Pónganse los auriculares, cierren los ojos y viajen al pasado una vez más: están a punto de cruzar el ecuador de los sesenta, como César cruzó el Rubicón. Las décadas anteriores conocieron nuevos géneros como el  rhythm and blues, el rock'n roll y el soul, por no hablar de la evolución del jazz, lo que hace de los cincuenta otra época interesante; no en vano, las estrecheces de la posguerra habían contribuido a cambiar el panorama de la música popular, y las limitaciones impulsan la creatividad. Pero, ¡ay, amigo! El experimento de los sesenta fue un paso más allá, y no exageraríamos si afirmamos que, en unos pocos años, ese pequeño paso para el hombre supuso un gran salto para la humanidad o, dejando las frases grandilocuentes para los astronautas del Apolo XI, ha habido un antes y un después en la industria musical, en particular si pensamos en la segunda mitad de la década. Sigue sorprendiéndome lo acelerado de aquellos años. ¿Qué pasó exactamente? Pues muchas cosas, un sinfín de variables que aquí no podemos explicar. Lo que sí haremos será bosquejar un par de ellas.

Los sesenta habían comenzado con el declive del rudo rock'n roll y el paulatino auge del pop dulzón, que paradójicamente terminaría reactivando viejos sonidos americanos y llevándolos más allá de sus límites. Pensemos en Inglaterra, donde a mediados de la década se desató una fiera carrera entre sellos discográficos y bandas musicales. La competencia era lo suficientemente dura como para derribar a los menos capaces, los que se rendían ante las adversidades o, a veces, a los que tenían menos suerte, esto es, los que no eran apoyados por sus compañías o no conjugaban con los vientos del momento. Para bien o para mal, estar en la onda siempre ha sido un requisito para figurar en la industria musical. Varios nombres se fueron alzando sobre los demás, pero, a pesar de todo, la oferta de grupos era elevada, abundando los one-hit wonder, grupos de un solo éxito que se volatilizaban como elementos químicos inestables. 

Respecto a la selección de este año, me parece más sencillo reducirla aquí al terreno británico, dejando para otro día el material americano. ¿Por dónde íbamos? El sesenta y cinco fue un curso crucial para el desarrollo del pop inglés. El merseybeat, impulsado por los de Liverpool en los años anteriores, fue tan influyente que el principal problema que se plantearon esos pocos músicos que tenían verdadera ambición era que la industria les obligaba a sonar como los Beatles, pero a la vez debían distinguirse de ellos. Siempre cabía la opción de hacerse un hueco en la escena del rhythm and blues, que también tenía afición, pero no por ello desaparecía del todo el dilema. ¿Cómo diferenciarse de los Beatles? To be or no to be, that is the question.

8. She's not there. The Zombies.

Hoy en día solo son conocidos por dos canciones, pero los Zombies tenían madera para haber respondido positivamente a la pregunta con la que abro esta lista. ¿Cómo diferenciarse de los Beatles? Por ejemplo, mezclando el pop con un amable espíritu de banda que ambienta garitos de copete. Esta línea les imprimió un perfil escénico bajo, con una imagen de chicos buenos que estudian en la universidad y se reúnen por las tardes para dedicar el tiempo a las musas, pero ese toque jazzy también sirvió para crear un tema como 'She's not there', y eso es lo que importa aquí. 

7. I've got mine. Small Faces.

Uno de los escenarios que había crecido el año anterior, alimentando un prometedor  nicho de mercado, era el de los mods. El moderneo más juvenil tenía su lado gamberro y bailaba soul y R&B de importación. Dejando la música aparte, los mods andaban sobrados de ostentación y superficialidad, y en eso los adolescentes de diferentes épocas se parecen mucho. El caso es que el grupo mod por antonomasia, Small Faces, hicieron sus pinitos a finales de año con este su segundo single, que fracasó estrepitosamente - mala planificación de márquetin -, pero que plasma en bruto el sonido que les hará tan distintivos en el futuro. De hecho, si alguien llega aquí y conoce un poco este grupo, pero no la canción, quizá le suene bastante, porque unos años después la retomaron para el instrumental que abre el psicodélico ''Ogdens' nut gone flake''. 

6The Animals.


Al igual que los Rolling Stones, los Animals se dedican especialmente a las versiones de rhythm and blues. Por desgracia, no son empresarios tan eficientes como aquellos; la mimetización de Eric Burdon con sus queridos bluesmen americanos llegará tan lejos como para degradarlo al alcoholismo y arrastrarlo en la caída de las drogas, una lacra que compartieron tantos profesionales del gremio. Pero de momento el grupo sigue adelante a pesar de que se avivan las tensiones y de que su manager, Michael Jeffery, les está robando descaradamente. ''Animal tracks'' se publica en el sesenta y cinco, y podemos destacar, entre otras, la conocida versión de ''Don't Let Me Be Misunderstood'' y mi preferida ''It's my life'', canción que no me cansaré de reivindicar: sostenida por el órgano, con buena melodía y enérgica interpretación de Burdon. En esto ayuda la letra, en la que el narrador le habla a su chica de cómo saldrá adelante con autosuficiencia, a pesar de las dificultades. 

5. (I can't get no) Satisfaction. The Rolling Stones.


Los Rolling Stones llevaban ya tiempo labrándose un nombre en el rhythm and blues británico. ¿Cómo diferenciarse de los Beatles? Musicalmente hablando, la pregunta era innecesaria, pues trabajaban un género distinto, pero Andrew Loog Oldham, el astuto manager, lo tenía muy claro: no solo era conveniente la comparación con los Beatles, sino que debía convertirlos en su antítesis mediática. La operación de imagen fue una gran impostura, pero al menos no obligó a los miembros del grupo a apartarse de sus gustos musicales. Podríamos mencionar otras canciones suyas del año, pero el resto del material no me entusiasma tanto como para destacarlo aquí, no al menos hasta el 'Aftermath'. Los Stones son un grupo de florecimiento tardío, aunque '(I can't get no) Satisfaction' fue el impulso que necesitaban y un trallazo que no necesita presentación. Para ser unos pálidos blancuchos, eran ya buenos intérpretes de los ritmos negros: Mick Jagger mostraba tablas para convertirse en un reputado frontman del género, y Keith Richards ganará poco a poco confianza como creador de riffs endiablados. 

4. The Who.

Hay que admitir que la portada americana superó a la original. Cuatro músicos, cuatro personalidades, 'quadrophenia'... Vale, no nos vayamos tan lejos. Esa idea tan literaria de las cuatro personalidades vendrá algún día de Pete Townshend, el artista con buen ojo para las patentes escénicas, así como un formidable guitarra rítmica. Y hablando de ritmos, la sección rítmica... ¿Hace falta decirlo? Una de las bazas del grupo era el combo entre John Entwistle y Keith Moon, que funcionaba como una máquina engrasada, pero marcando su propia línea definida en los surcos. Si le sumamos la voz de Roger Daltrey, tenemos un casting de altura. ¿Cómo diferenciarse de los Beatles? En el caso de los Who, habría que preguntar además: ¿Cómo diferenciarse de los Kinks y los Stones? Tocaban una suerte de rhythm and blues, pero habían bebido también de los Beatles y quisieron ser los nuevos Kinks, en una propuesta más cañera. Quisieron, además, ser el grupo que llenase el nicho de mercado mod, así que tuvieron que disfrazarse de mods, lo cual no les supuso ningún problema: París bien vale una misa.

Toca seleccionar entre los primeros singles, así que cerramos la entrada con 'I can't explain', canción juvenil que tiene la virtud (al menos para mí) de no cansar nunca, por mucho que uno la escuche; Townshend la compuso influido por la guitarra de Dave Davies. Pero como no puede ser de otro modo, hay que hablar de 'My Generation', tema auto-consciente con vocación de himno instantáneo. Por fortuna, además de publicarlo en single, lo incluyeron en su álbum debut, 'The Who Sings My Generation', que incluye composiciones de Townshend unidas a algunas versiones de R&B. Un primer álbum destacable por la fuerza desplegada, que es la mejor carta de presentación de este grupo; no abunda en canciones memorables y su estilo, que en el futuro se refinará, esté aquí servido en crudo.

 

 
3. The Yardbirds.

'The Yardbirds' son tan sorprendentes en el ecuador de la década que clama al cielo que su material no sea hoy más recordado, más allá de mencionarlos reiteradamente a la hora de hablar de los orígenes de Cream o Led Zeppelin. La explicación es muy simple: por este grupo pasaron Clapton, Beck y Page, cuyas carreras partieron más o menos de su salida de Yardbirds. Si nos olvidamos de esta curiosidad, conviene fijarnos en lo que importa. Partían del blues purista, pero tocaron el cielo en cuanto decidieron moverse al pop con el single 'For your love', lo que espantó al prometedor fichaje que el grupo tenía a la guitarra y que toca en esta canción, Eric Clapton. Por respeto, deberíamos dejar constancia de que Graham Gouldman fue el compositor: los guitarristas que pasaron por este grupo acaparan toda la atención, e ignoramos a otras personas de mérito.



El año sesenta y cinco coincide con la salida de Clapton y la llegada de Jeff Beck, que aprovechará las composiciones cedidas a los Yardbirds, en especial las del mencionado Graham Gouldman (entre las pocas pegas que puedan ponerse al grupo, está la falta de temas originales propios) para experimentar con la guitarra. Como LP, 'Having a rave up' es incoherente, pues su cara B incluye interpretaciones en directo de blues en las que toca Clapton. La cara A, sin embargo, parece un pequeño recopilatorio de éxitos, y ninguna de sus canciones tiene desperdicio: son temas, vuelvo a decirlo, sorprendentes para la época, anticipando la psicodelia en algunos aspectos. Podría traer aquí varias pistas, pero mencionaré solo dos: 'You're a Better Man Than I' e 'Evil Hearted You'. La oscuridad que consigue la guitarra de esta segunda canción nos adelanta lo que en unos años será la atmósfera de Led Zeppelin.




2. The Kinks.

Es difícil exagerar la innovación de Dave Davies el día que distorsionó el amplificador de su guitarra, así como la influencia de sus riffs cortantes, pero no sitúo a los Kinks en este puesto por la importancia que tuviesen o dejasen de tener, sino por las canciones que produjeron en 1965. No fue un año fácil para el grupo, pues les vetaron las actuaciones en Estados Unidos, lo que suponía perder un mercado muy lucrativo. ¿Cómo diferenciarse de los Beatles? Los Kinks de esta época navegaban en varias aguas, entre el blues, el rock'n roll y el merseybeat. Si solo hablásemos de aguas y corrientes, podría haber sido un caso de arrasador one-hit-wonder, un grupo condenado a desaparecer, pero no fue así. Sonidos de guitarra aparte, los Kinks contaban con un activo fundamental: el talento compositivo de Ray Davies. Los singles y los dos álbumes largos que publicaron en el sesenta y cinco, 'Kinda Kinks' y 'The Kink Kontroversy', no pueden vanagloriarse de tener la mejor producción existente en la época, y además no todo el material está a la misma altura, pero sí poseen un puñado de temas de primera calidad. Me pregunto si, dada la variedad estilística del grupo, una más cuidada producción no hubiera engrandecido lo que ofrecieron aquel año. 

Os propongo varias canciones representativas del curso del sesenta y cinco. En primer lugar, 'Set me free', publicada a mediados de año en single: pop directo que destaca por su melodía y cambios de tonalidad; definitivamente, los Blur no inventaron ese tipo de falsetes en los noventa. 'A Well respected man' será un preludio de un tipo de canciones que trabajará el mayor de los Davies en el futuro, influido del espíritu cabaretero del music hall británico y con una letra mordaz.

Como contraste y muestra de la versatilidad del grupo, a continuación pueden escuchar en directo su sabrosa versión de 'Milk Cow Blues', con la que abren The Kink Kontroversy. No deja de ser curioso que, en un álbum que por primera vez estaba formado completamente por canciones originales de la banda, menos una, decidiesen comenzar precisamente con esa única versión, pero lo merece. Escuchamos a los dos hermanos; uno parece responder a otro: dos timbres de voz que se compenetran bien.


Más interesante aún es el single que publicaron en noviembre del mismo año, cuyas dos canciones fueron incluidas también en 'The Kink Kontroversy'. En la cara B, 'Where Have All The Good Times Gone' desnuda su esquema con los tres acordes de entrada y muestra en su letra una extraña empatía con la generación anterior, que vivió la posguerra. La cara A se lo llevó la cañera 'Till the End of the Day', que también pone las cartas sobre la mesa y lleva a la perfección el sonido de los primeros Kinks, con sus característicos riffs. Esta canción es una inyección de vitalismo para escuchar por la mañana y ya saben... Hasta el final del día.




1. The Beatles.

Dos buenos compositores y, para más inri, también dos buenos cantantes que podían alternarse en directo y coordinar las armonías vocales (o dos y medio, si incluimos al huraño George Harrison, por entonces un poco ninguneado). Los Beatles contaban con el potencial suficiente, y solo les faltaba seguir desarrollándolo. Habían contado además con George Martin, que aunque no estaba en la onda, era un oído clásico que hizo bien su trabajo, al menos durante la primera época del grupo, porque con el tiempo terminarán ignorándolo. ¿Cómo diferenciarse de los Beatles? Mi pregunta parece absurda, pero no es ninguna tontería. Observaron mejor lo que se producía a su alrededor y pusieron el listón en lo más alto. Por ejemplo, John Lennon comenzó a despreciar abiertamente las letras que habían escrito en el pasado, y Paul McCartney, en adelante, no se conformará con menos que pretender alcanzar los sonidos de bajo del sello Motown: todavía tendría que esperar un poco para conseguirlo. 

El sesenta y cinco fue un gran año para los Fab Four, que sin un descanso en condiciones rodaron una película, no dejaron de girar en directo y publicaron dos álbumes largos; eso sin contar los obligados singles que les exigía la compañía. Lo más destacable es que, cansados como estaban, compusiesen tan buen material. Tanto en 'Help' como en 'Rubber Soul' se nota de distinta forma que Lennon y McCartney estaban escuchando en esa época folk americano, e incluso country. En cualquier caso, se mantiene el sonido Beatle, cuya evolución implica una mayor diversidad de influencias. No fue el primer éxito del año (antes lo habían logrado con 'Ticket to ride') pero sí el mayor puñetazo en la mesa y una de nuestras clásicas preferidas, que vino de la mano de Lennon: con ustedes, 'Help'.


A continuación les invito a un pequeño viaje primero con 'Drive my car', de McCartney, y otro de los temas grabados para el Rubber Soul, aunque finalmente fuera destinada a ser publicada en single: 'Day Tripper' y su clásico riff con guitarra doblada. Entiendo que estaban obligados a publicar singles (a éste le acompañó 'We can work it out' en un doble cara A), y que ésta era una buena opción, pero es una lástima que no pudieran incluirlo en el álbum, donde habría cuadrado perfectamente.

'Rubber Soul' se publicó a comienzos de diciembre, inaugurando la costumbre de publicar un álbum en temporada navideña, para aprovechar el consumismo de estas fechas. En cualquier caso, le sienta bien la estación, pues es un disco en cierto sentido hogareño, perfecto para escuchar junto a una chimenea en invierno; claro que, para ello, es preciso disponer antes de una chimenea (nota mental: en adelante, evitar chistes sin gracia alguna). En el futuro será superado, pero quizá sea esa sensación de calidez la que hace que a tantos nos guste especialmente dentro de la discografía de los Beatles; eso y la calidad de su repertorio, sobra decir. Así que para acabar, os dejo una de sus mejores canciones. No era la primera vez que el pop inglés miraba a la música india, pues antes lo hicieron los Kinks con 'See my friends'. Se trata aquí de otra composición de Lennon, ayudado del sitar de Harrison: 'Norwegian Wood (This Bird Has Flown)'. Que la disfruten.


Comentarios

  1. Saludos.

    Aquí van algunas sugerencias, personales como es lógico, aunque las dos primeras ya las incluyes. No menciono el resto de clásicos. Curiosa la referencia a The Zombies. Recuerdo con agrado 'Time of the Season', pero también el grupo que Rod Argent creo después (llamado adecuadamente 'ARGENT'), de los que te dejo un ejemplo que suelo oír cuando conduzco de noche. Un día de estos me pegaré una H.

    Ante nada, 'Satisfaction' de Rolling Stones. Fue como la prueba nuclear 'Trinity' en el lugar llamado 'Jornada del Muerto', en New Mexico, la primera bomba nuclear de fisión detonada en la historia. TODOS, yo el primero, nos quedamos con la boca abierta. 'Esto es otra cosa', pensé. Creo que 'Satisfaction' marca un punto de inflexión en la música pop. Pero como siempre, seguro que las opiniones variarán.

    Añado 'Rubber Soul' de The Beatles. Aquí parece que de pronto se ponen serios, se vuelven profesionales, empiezan a trabajar de verdad, dejando un poco de lado jueguecitos de adolescencia. De este disco destacaría 'Drive my Car', 'I'm Looking Through You', y 'If I Needed Someone'.

    En este año hay dos temas excepcionales de The Byrds, que forman ya parte de mi ADN: la extraordinaria versión (y por suerte algo más breve) de 'Mr. Tambourine Man' de Bob Dylan, tema, con el que descubrí al grupo, y por otro lado la versión de 'Turn, turn, turn', donde Roger McGuinn dejó en nuestra memoria el sonido inconfundible de la Rickenbacker de doce cuerdas.

    Y voy a añadir dos temas más, 'Cast Your Fate to the Wind' de Sounds Orchestral, una rareza que llevo décadas grabada en las neuronas, y 'Unchained Melody' de The Righteous Brothers, por desgracia echada a perder cuando a algún genio se le ocurrió ponerla como banda sonora de 'Ghost'. Caiga la maldición sobre él y su descendencia, amén.

    Saludos y gracias,

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Saludos, Entangled. Y antes de nada, disculpa por la tardanza en contestar, pero he tenido la semana complicada.

      A mí siempre me ha gustado 'Time of the Season', claro que tendré que escuchar 'Odessey and Oracle' antes de la entrada correspondiente, lo mencione o no, porque he olvidado por completo el resto del álbum. Curiosa esa ''Schoolgirl'' de Argent que nos dejas, que pega con el espíritu de su primer grupo. Preparando esta entrada descubrí que el que fuera cantante de los Zombies, Colin Blunstone, trabajó para The Alan Parsons Project en canciones que conozco bien. Otra curiosidad.

      Al respecto de 'Satisfaction', te agradezco de nuevo que dejes tu impresión 'vital', o tu recuerdo de cómo se vivió la canción en su propia época. A partir de entonces, supongo, vendría aquel falso dilema de nuestro país de tener que posicionarse con los Beatles o con los Rolling Stones, como si fuera una elección entre el Barça y el Madrid.

      Me gustan esos temas de los Byrds, pero todavía no he pensado si caerán en la próxima entrada. Lo que también tengo claro es que prefiero la versión de 'Mr. Tambourine man' antes que la original. Queda apuntado ese tema jazzero de ''Sounds Orchestral''.

      Y sobre ''Ghost'' no sé qué decirte: es una peli malilla de sesión de tarde, es cierto, pero yo la incluyo en ese conjunto de películas flojas que, a pesar de todo, uno perdona, aunque solo sea por haber descubierto gracias a ellas una canción como ''Unchained Melody''. Quizá de tener unos años más y haber conocido la canción antes no pensaría igual. Me pasa parecido con ''Mi chica'', que usó la canción homónima de The Temptations. Otros clásicos como ''Stand by me'' también volvieron a nacer a través del cine.

      Gracias a ti por el comentario.

      Eliminar
  2. Sí, la presencia de los Beatles es como el muro donde los padres de los niños van poniendo las marcas de su crecimiento. Nunca llegarán arriba del todo. Y con “Rubber soul” se da por terminada la época beat, que duró aproximadamente cinco años, desde 1960 hasta este momento. En realidad solo ha habido dos grandes grupos beat: los Beatles en Liverpool y los Hollies en Manchester, y también “Rubber soul” indica que se acabó la disputa. Dicho hoy parece raro, pero hubo un tiempo en que los Hollies tuvieron casi tantos fans como ellos. Y tras ese disco queda claro que han perdido la carrera: llegarán todavía con recursos a la psicodelia, pero a partir de ahí sus discos serán anecdóticos.

    Los demás grupos, todos ya pertenecientes a la segunda oleada, saben que el futuro son los ritmos negroides: los Stones, Who, Yadbirds, Animals, etc, parten de ahí. No digamos ya los de la tercera, que conformarán el blues rock británico. Pero luego cada uno tiene su propia mezcla, y del r’n’b de los Stones hasta la querencia del pop o el music hall que pronto desarrollarán los Kinks hay un mundo. Eso es lo bueno de la Isla a partir de entonces, la gran variedad que posee.

    En 1965 es cierto que ya se puede disociar a Estados Unidos de la Isla, porque hay material de sobra: en concreto, solo con relatar el paso de Dylan a la electricidad y el surgimiento de los Byrds ya tienes la entrada hecha (por no hablar del boom del soul, la Motown y Phil Spector). Me ceñiré entonces a tu planificación y, además de “solidarizarme” con prácticamente todas las canciones que has citado hoy, añadiré algunas británicas más:

    Antes de nada me veo obligado a “rescatar” el primer single de los Small Faces ya que tú has puesto el segundo; que no le llega a la altura, aunque es una gran canción también. Y aunque los Small Faces eran la punta de lanza mod, ya estaban surgiendo algunos como The Eyes que eran más arriesgados, aunque no llegaron muy lejos.

    Dentro del r’n’b, en aquella época los fans de los Stones lo eran también de los Nashville Teens, igual de buenos. Les pasó (a ellos y a muchos otros) lo mismo que a los Hollies con los Beatles: quedaron atrás por no tener talla como compositores. Por cierto, el otro gran grupo beat de Liverpool eran los Searchers: otras víctimas.

    Este año surgen mis adorados Spencer Davis Group, aunque su brillo durará lo que dure la presencia de Stevie Winwood, niño prodigio que canta como un negro con solo dieciséis años, además de ser un buen guitarrita y mejor teclista. Otro teclista excelso que debuta es Brian Auger, que será una de las figuras del naciente Swinging London. Y la influencia de Dylan se nota en Donovan, que también se presenta este año aunque pronto tendrá su propio carácter.

    Bueno, por hoy ya está bien. Saludos mil.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Rick. Te digo lo mismo que a Entangled: siento la tardanza en contestar.

      Has dejado un comentario para enmarcar: das un repaso de forma sintética, pero incluyendo a grupos hoy olvidados. Como soy muy aficionado a la Historia, aprecio especialmente los intentos de conocer una época desde sus propias coordenadas, evitando las distorsiones que suele dar la mirada desde el presente. Lo que dices de los Hollies, efectivamente, llama la atención. Me viene a la mente cierta fotografía en la que posan ambos grupos, Beatles y Hollies, alrededor de algún gerifalte de EMI, como si presentase a la escudería. También creo haberte leído alguna vez el asunto de la rivalidad por la fama, seguramente en El bar de Rick. Y es que he preferido no releer tus entradas sobre los años sesenta para no verme influido y así escribir con más libertad. Ya volveré a ellas en su momento.

      El primer single de los Small Faces también es bueno, sí. Pude adquirir no hace tanto tiempo el recopilatorio ''The Essential'' en tres cedés (buen sonido, que alterna estéreo con algunas pistas en mono), y lo incluye en segundo lugar en una selección que más o menos respeta la cronología. No conozco a otras referencias que mencionas, como The Eyes, Nashville Teens, Brian Auger... Y muy poco a los Searchers. Tema aparte son los Spencer Davis Group (vaya canción más buena la que dejas): es verdad que la voz es de cantante negro.

      Saludos, y gracias de nuevo por el comentario. Por cierto que he visto ahora, de casualidad, que por alguna extraña razón había desaparecido el comentario con el que te contesté en mi primera entrada. Por fortuna no estaba borrado, sino que había pasado a ''spam''. Te lo digo porque no sé cuánto tiempo llevaba oculto ni por qué; por si acaso no lo pudiste leer en su momento.

      Eliminar
  3. Excelente entrada y selección. Hay tanto que comentar sobre la fecundidad prodigiosa de aquel período y sobre sus causas que casi se requeriría un comentario tan largo como tú entrada.
    Dejando de lado a los dioses, esa Drive muy car es para oírla durante horas sin cansarse, soy Kinkmaniaco por esa insistencia en no envejecer con sus temas.
    Me alegra oír de nuevo ese For Your Love tan controvertido como maravilloso.
    Stones, Who, of course y esa maravilla de Zombies. Hay para dar y tomar, sabiendo que cualquier lista se va a quedar coja.

    Fructífera entrada

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, Doctor.

      La época es pura ebullición, y no me cansaré de decir que la velocidad de aquellos años es sorprendente. Entre ''Love me do'' y el primer álbum de Led Zeppelin solo pasaron seis años, incluyendo relevo generacional, nuevas modas, innovaciones musicales y tecnológicas, aparición de la psicodelia y movimiento hippie... Entre la música que triunfa ahora y la que lo hizo hace seis años (me ciño al pop mainstream), ya me dirás si ha ocurrido algo reseñable. Lo sé... Es una comparación absurda. La música tampoco ocupa el lugar que ocupaba entonces.

      Saludos.

      Eliminar
  4. Sí que te ha quedado un listado muy britis, para alegría de Rick, entre otros. Es tu lista y no voy a entrar a ofrecer candidatos alternativos. Los Who son los únicos que me cargan, nunca he conectado con su música. El número uno me parece indiscutible, Beatles están a años luz de los demás, en esta primera época me parecen la quinta esencia del pop. Con los demás creo que aciertas bien en definirlos, algo que a mí no se me da muy bien.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Las composiciones de los Beatles eran de un nivel especial. Tema aparte que, ya sabes, mi opción de ofrecer listas en forma de ''ranking'' no es la más apropiada para hablar de música, como tampoco de otra expresión cultural. Pero como ya he dicho en alguna parte, es una forma de darle un poco más de gracia.

      Gracias por el comentario.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Destrozando clásicos

 Recordando un viejo blog que tuve, he decidido retomar por una sola vez una mala costumbre de entonces, que era destrozar clásicos. Tengo la Telecaster y el ampli en un trastero, y a mi guitarra española le falta la cuarta cuerda (¡siempre se rompe la cuarta cuerda!), así que opté por darle un saborcillo rítmico a la versión casera, en lugar de melódico. Que Dylan y Hendrix me perdonen, pero aquí no tenemos vergüenza, somos unos sinvergüenzas.

Si quieres letra, lee un libro

 ¿Son importantes las letras en las canciones de pop o de rock? Sobre el viejo tema, hay poco que decir: considero a las letras en un plano secundario y, no obstante, ¿quién no prefiere que esa canción que a uno le hace vibrar vaya acompañada también de las palabras adecuadas? Por otro lado, ¿cuáles son las palabras adecuadas? Ni la letra puede ocupar el lugar de la música en la experiencia sonora, ni hay una única música adecuada para cada texto; música y literatura son dos artes distintas, pero pueden complementarse, y por ello una letra contribuye a dar entidad a una canción. Pues bien, a raíz del asunto se me ocurrió publicar una serie de entradas para jugar con la literatura y la música, idea que al final he condensado en una única entrada de blog. Quizá sea que llevo tiempo con ganas de resucitar mi blog de literatura que, como Peret, no está muerto, sino de parranda. Así pues, dejo claro de antemano que se trata solo de un juego, y en clave ligera debe entenderse también el títu

El despertar de la bestia

Hoy quiero reivindicar la primera época de Iron Maiden, por lo general bastante olvidada en relación a lo que vino después. Y es que, para el fan tradicional de la Doncella, no cabe el debate: lo mejor llega con Bruce Dickinson y se va con Bruce Dickinson; así, los años dorados del grupo comienzan con 'The number of the Beast'' (1982) y terminan con la salida del segundo vocalista tras 'Fear of the dark' (1992), aunque podemos acotar aún más el rango y cerrar la etapa clásica con el abandono del guitarrista Adrian Smith a finales de los ochenta. Tanto Dickinson como Smith volverían a la banda a finales de los noventa, para regocijo de los fans. Así, a pesar de haber contado con tres vocalistas en su haber, la esencia de los Maiden ha quedado ligada a la voz de Dickinson, y los discos más celebrados, esos que ocupan gran parte del setlist de los conciertos, son los de los primeros álbumes con Bruce al micrófono. Ahora bien, ¿son aquellos los mejores discos? Como no t