lunes, 27 de febrero de 2023

USA '65: Suenan las campanas de Rhymney

 

'Los buenos artistas copian; los grandes artistas roban'

Sirva ahora Picasso como obertura para presentar a los Byrds, que no plagiaron ni copiaron. Los veo como la epítome del grupo que nos deja claro desde el comienzo cuáles son sus cimientos: la confluencia del folk americano con el pop británico; la por entonces novedosa unión entre Bob Dylan y los Beatles. Otros pretenden ir de Adanes sin aportar nada revolucionario, pero titular tu primer álbum con la canción de otro autor, y renombrar tu banda a modo de imitación de unos ingleses muy famosos, ya dice bastante. Hasta el peinado con el que se dieron a conocer era británico, y lo que son las modas: otros copiarían su estilo, incluyendo las gafas cuadradas de McGuinn. Pues aún con ese par de influencias tan marcadas, los Byrds realizaron una de las más originales contribuciones a la música popular, pariendo el género que llamamos folk-rock y dejándonos su sonido dulce y hermoso, tocado con la emblemática Rickenbacker de doce cuerdas que dibujaba paisajes melódicos de metal. Dejo a otros que sepan más que yo dirimir hasta qué punto pudieron influir o no en la evolución de Dylan, pero mejor me lo cuentan en la próxima entrada, reservada para tal efecto.

Quizá pretendieron correr demasiado, cuando aún estaban aprendiendo a andar, y por ello su carrera empezó con algún inevitable tropiezo, como fueron sus precarias (dicen los testigos) primeras actuaciones en directo, o el hecho de que su primer single tuviera que ser ejecutado por músicos de sesión en el estudio. El caso es que tanto Gene Clark como James - más tarde renombrado Roger - McGuinn o el recién fallecido David Crosby tenían bastante experiencia en el circuito californiano, pero The Jet Set, tal como se llamaban entonces, no estaba preparado para ser todavía The Byrds. Crosby se había unido a los otros de modo fortuito y, al ver que se compenetraban bien, ficharon más tarde a Michael Clarke a la batería, aunque al parecer éste primero tuvo que aprender a tocar el instrumento. Nos encontramos a mediados de 1964, la puesta a punto en la que ensayaron la mezcla de sus versiones de los Beatles con el folk, y ya con Chris Hillman al bajo y un poco de suerte, firmaron un contrato con Columbia Records.



Eran tiempos jóvenes en el amanecer californiano, comenzaba una aventura en la que conquistarían la fama a ambos lados del Atlántico; no sospechaban entonces que en pocos años terminarían como tantos grupos: enemistados y confabulando entre sí, peleando por el liderazgo o por la dirección a seguir, con idas y venidas de sus miembros fundadores. Y entre tanto lío, su marca terminaría pariendo otro género musical, el country-rock, aunque por entonces también se moverán en escena los interesantes Buffalo Springfield, pero esto ya vendrá más adelante, y la discusión de quién parió qué se acaba pareciendo a quién mató a Manolete, si el toro o las heridas. 

Hay quien prefiere fijarse en la evolución de los creadores dentro del circuito folk y country, para lo que tendríamos que retroceder un poco, y hay quien no tiene reparos en saludar a los intrusos del mestizaje. Creo que la evolución del folk era un destino inevitable en la década, sobre todo si tenemos en cuenta su éxito. ¿Acaso podía entenderse que permaneciera inalterable? A pesar de devenir del folk, los Byrds fueron vistos por algunos como unos intrusos; el mestizaje, sobre todo si resulta comercial, siempre es sospechoso para los protectores de las esencias. Pero dejando aparte las discusiones bizantinas, nadie puede negar que el grupo que nos ocupa hacen honor a la cita de Picasso, en el mejor de los sentidos.



Puede que estuviesen verdes para los directos, pero se resarcieron cuando llegó la hora de grabar el primer disco grande, cargado de gemas. De las doce canciones, cuatro son versiones de Dylan, incluyendo la que abre e intitula la obra, que me consta que llegó a ser más famosa que la original del de Minesota. Tenemos también otras canciones compuestas o tomadas de otros autores, de las que quiero destacar la versión de Las campanas de Rhymney, de Pete Seeger, por mucho que Gales estuviera tan lejos de California y que la correcta pronunciación de 'Rhymney' no se destile en las calles de Los Angeles. Todas son meritorias, pero las que me resultan más emocionantes, aparte de la mencionada, no fueron versiones, sino que vinieron de la mano de Gene Clark, 'I'll Feel a Whole Lot Better' y muy especialmente 'Here Without You', mi preferida de los inicios del grupo. Con una canción de semejante calibre bajo el brazo, el cantante y panderetero se mostró como un talentoso compositor.

 


Una vez está bien, dos ya era demasiado. Si el producto funciona, los sellos tienden a ser conservadores, pretendiendo en este caso que el grupo repitiera la fórmula sin salirse del guión y lanzase otro trabajo bajo la enseña de Zimmerman. El riesgo para los músicos, claro está, era verse encasillados como banda tributo de Bob Dylan, lo cual habría resultado un error de bulto, más aún cuando tenían sobrado talento para volar solos (volar, que apropiado). A finales de año publican 'Turn! Turn! Turn!', un álbum continuista que amplía su repertorio y se defiende dignamente. Además de la exitosa versión que da título al disco, los Byrds lanzan dos temas propios como singles, 'It Won't Be Wrong', que era una vieja composición firmada por Jim McGuinn y Harvey Gerst, que incluyo en el primer audio, y 'Set You Free This Time' de Gene Clark. Abajo dejo, sin embargo, 'If You're Gone', también obra del cantante. No abandonan las versiones de Dylan, en esta ocasión con tres cortes, incluyendo su versión de 'The times they are a-changin', y el disco se cierra con un guiño muy americano a través de una curiosa adaptación del clásico 'Oh! Susannah', que lejos de sonar ridícula, al menos a mí me cuadra con el grupo.


Una vez llegados al final de esta entrada, les invito a que se pasen por El bar de Rick y lean la entrada que inicia su serie sobre los años sesenta en América, donde presenta a los Byrds y en pocas líneas sintetiza su importancia mejor de lo que yo he hecho aquí. Cuando Rick publicó aquella entrada, yo aún no había escuchado a los Byrds.

6 comentarios:

  1. Los Byrds. Palabras mayores. Estos sí eran la verdadera alternativa a la invasión británica, y no los Beach Boys. Como siempre, tu artículo es impecable. Y ya se va viendo el porqué de esa súbita afición que le tomó Dylan a la guitarra eléctrica: entre Beatles y Byrds le quedó claro que si quería alcanzar su altura tenía que competir con las mismas armas. Ya me imagino que tu entrada sobre Dylan y el año 65 va a ser de órdago a la grande. Estoy impaciente por verla.

    El otro día decías que los Beach Boys no habían dejado escuela, lo cual es rigurosamente cierto. En cambio los Byrds siguen estando presentes de un modo u otro aún hoy. Hay un grupo que suele pasar desapercibido entre los aficionados más jóvenes pero que fueron un magnífico puente entre Byrds y lo que vino luego: los adorables Flamin’ Groovies, que en su segunda “reencarnación”, a mediados de los años 70, consiguen un sonido muy parecido al de McGuinn y sus colegas. Entre eso y la producción de Dave Edmunds, otro fan de esa escuela, rescatan un sonido y un estilo que luego va a ser protagonista en algunos grupos new wave británicos, luego yanquis de nuevo y por fin llega el paisley underground, donde la herencia es evidente. Y así una década tras otra, siempre surge alguien en algún sitio recogiendo el testigo. De hecho, su influencia es mayor incluso que la de los propios Beatles.

    De su época psicodélica supongo que ya hablarás otro día, pero también ahí me parecen mejores que los británicos. Y de sus últimos años country, aunque en ese estilo no tengo mucho que decir, también hay canciones que me gustan hasta a mí, Pero ya digo, falta para eso. Me alegro que destaques a Gene Clark, es una lástima que se marchase tan pronto. Y gracias por citarme, pero la gente va a pensar que te estoy sobornando, o algo así. Cada uno hace lo que puede, eso es todo. Y si por entonces no conocías a los Byrds es sencillamente porque eres mucho más joven que yo. Suerte que tienes.

    Aquí te dejo un homenaje de los Groovies a los maestros.

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    1. Gracias, Rick. Como dices, cada uno hace lo que puede.

      Sin duda los Byrds fueron en sus comienzos ''la gran esperanza blanca'' -por usar el viejo concepto de Jack London, aunque en sus inicios tuviera esa carga racista - de Estados Unidos frente a la Invasión Británica. Su etapa psicodélica y posteriores ofrecieron también buenos discos y canciones.

      A pesar de todo, ya que hablamos de ambos grupos, considero que la cita de José María Rey es injusta con los Beach Boys, al referirse solo a las letras playeras y la estética que gastaban entonces. No podemos olvidar que una cosa es la importancia o influencia de un grupo musical y otra su valoración crítica. El sonido de los Beach Boys no dejó escuela, pero creo que su música sí ofreció una calidad y tuvo una evolución que en su momento fue quizá valorada injustamente en su país. Me refiero al año que nos ocupa, así como la etapa del Pet Sounds y lo inmediatamente posterior.

      Te agradezco que traigas a los Flamin’ Groovies, que no creo que conocía más que de nombre. Ayer los caté un poco y enganchan a la primera, me descargaré lo que pueda. Parece uno de esos eslabones perdidos.

      Y respecto a la cita de tu blog, no me importa que alguien pueda pensar que es adulación vacua. Para mí es una cuestión de respeto, simplemente. Y es que para algunas cosas soy algo cuadriculado, qué le voy a hacer. Parece que en internet solo prima la novedad, pero el trabajo realizado perdura en el tiempo y, si tiene calidad, de tanto en tanto puede recordarse. Sobra decir que el hecho de que yo en aquel momento no conociera a los Byrds lo he escrito de modo anecdótico y no como nada vergonzante, evidentemente. Lo importante de la música es el disfrute; el conocimiento ayuda pero está en un segundo plano.

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  2. Interesante la similitud de 'The Bells Of Rhymney' con 'If I needed someone' de Beatles en 'Rubber Soul'. Parecería que la una está copiada de la otra, pero ¿cuál de cuàl? Ambas usan Rickenbacker de doce cuerdas y pandereta. Las voces de Byrds son más homogéneas (y más adecuadas a los coros) como sucederá más tarde con CSN, mientras que la diferencia de voces del par Lennon - McCartney es precisamente lo inconfundible del sonido de los Beatles.

    Más que grupos o compositores concretos, me gustan canciones concretas —aunque a veces tuviera que comprarme el LP entero sólo por un tema. (¿Sabes lo que es un LP? Lo digo porque coincido con Rick en que pareces de otra generación).

    Del grupo que nos ocupa, destaco 'Turn! Turn! Turn!' y 'I Knew I'd Want You'. Como siempre, cuestión de gustos, manías y recuerdos.

    Gracias y saludos.

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    1. Pues no había reparado nunca en esa similitud, Entangled, pero es verdad que el riff inicial de las de los Beatles está tomado directamente de 'The bells of Rhymney'. Parece, por lo que leo, que Harrison lo hizo a posta, y es un ejemplo claro de la influencia que tuvieron los Byrds en la etapa del Rubber Soul de los británicos.

      Buena observación la de las voces. En el caso de los Beatles, inconfundibles.

      Me gusta 'I Knew I'd Want You', más que la que da título al segundo álbum. Y no estaría mal ser tan joven como para no saber lo que es un LP, aunque ahora que lo pienso, debe haber gente bastante más joven que esté más familiarizada que yo con las dos caras de un elepé, con eso de que el vinilo lleva unos cuantos años de moda.

      Gracias por el comentario.

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  3. No me entusiasman los Byrds aunque los considero un estupendo grupo. Lo que más esa mezcla tan afortunada entre lirismo vocal y guitarras, pero a veces son increiblemente pesados y monótonos sin negar por ello su labor pionera en el nacimiento de géneros, en ocasiones dispares.
    Yo al contrario que Rick sigo prefiriendo a los Beach Boys.

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    1. Cuando pase al siguiente año en el blog volveré a las selecciones y la numeración, que por muy infantil que me parezca, le veo su gracia al asunto de hacer listas. Aquí rompí un poco el esquema, pero con estas últimas entradas sigo el orden de preferencia personal (que de todos modos, ¿a quién le puede importar mi preferencia personal?). Beach Boys y Byrds, ambos grupos me gustan en esta etapa, y algunas comparaciones son innecesarias, pero en este año el debut de los pájaros es tremendo.

      Saludos.

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