Ir al contenido principal

USA '66

Llega el turno al año 1966 en Estados Unidos y cada vez es más difícil elaborar listas entre géneros tan diversos. Y yo, os recuerdo, no soy un melómano ni un entendido. Dicen algunos que 'River Deep - Mountain High', de Ike y Tina, es un álbum muy a tener en cuenta este año, pero a pesar de las virtudes de temas como el que da título, a mí se me atraganta un poco: me gusta cada uno de los ingredientes por separado, pero el resultado final no me fascina. Por otro lado, Zappa y las Madres de la Invención se estrenan con el complejo 'Freak Out!' y The Monks lanzan el experimental 'Black Monk Time'. ¿Qué está pasando aquí? Rebosa la oferta y se nota la buena salud de la industria musical al atraer talentos de todo tipo; nace la psicodelia y sus infinitas posibilidades. Yo me limitaré a reunir unas pocas canciones que me gustan, diría que todas muy conocidas, esta vez organizadas por parejas. Que las disfruten. Díganme si quieren, en los comentarios, cuáles les gustan más, cuáles les disgustan o añadan recomendaciones.

Esta cabra está como una cabra.

La primera que dejo es la primera porque va con trampa, ya que son dos por el precio de una, o mejor, un mismo grupo por el precio de dos, y es que de hacerlo de otro modo no me salían las cuentas. Pero mientras me lío yo solo para intentar deshilvanar esta madeja, les diré que este es el año del maravilloso 'Pet Sounds', un trabajo pantagruélico en el que los Beach Boys reunieron a los mejores músicos de sesión que encontraron y dieron rienda suelta a todas las posibilidades en el estudio para materializar las composiciones de Brian Wilson. Un trabajo único hecho para disfrutar de principio a fin, por lo que les dejo su pista inicial y, de regalo, el hit 'Good vibrations' que publicaron como sencillo.



No me los creo, pero...

Una banda de pega diseñada en un despacho de ejecutivos y la hija de un famoso cantante, prefabricada por expertos en marketing, representan todo lo que he rechazado siempre. Soy de la generación que sobrevivió a las Spice Girls y a los Back Street Boys; de ese nicho que en la adolescencia se refugió en el rock para esquivar el pop en sus horas más bajas. Pero cuando una canción es buena, todo lo demás sobra, y aquí van dos (ahora sí) por el precio de una. 


Todavía me dura el tripi...

Como dejó escrito el apóstol San Juan cuando predijo los tiempos apocalípticos que vendrán, en los que siete ángeles tocarán las siete trompetas, se abrirán los siete sellos, la Bestia aparecería en el mar y bla, bla, bla, llegará un día en el que el ser humano creará la psicodelia. Este año de sospechoso número acabado en sesenta y seis  fue el propicio para el primer desarrollo del rock psicodélico, y para muestra estos dos temas: el uno, el hit más conocido de los Blues Magoos; el otro, una canción del álbum debut de 13th Floor Elevators, el lado más oscuro de la psicodelia. Tengan cuidado al escucharlo porque uno es consciente de cuándo sube el tripi, pero no de cómo le va a ir el viaje.


Trencas y bufandas de cantautor.

Las portadas de estos dos álbumes parecen rivalizar en su pretensión de servir a la campaña de otoño de El Corte Inglés: nada como una trenca y una bufanda para dar el mensaje de que vas en serio como cantautor. Con 'Blonde on Blonde', Dylan terminó de perfilar su evolución musical hacia el pop, sin por ello perder la identidad por el camino ni dejar de trabajar los géneros en los que se había internado previamente. A diferencia de una opinión muy extendida, yo no creo que éste sea superior a sus dos anteriores discos grandes, pero en cualquier caso es un gran álbum, contando ya con los músicos que formarían The Band y le acompañarían recurrentemente en el futuro.

 En cuanto a esos dos que miran sorprendidos al fotógrafo, fingiendo ser cazados sin consentimiento, la canción no era nueva, pero aquel año el dúo renació con fuerza y regrabaron la superlativa 'The sounds of silence' para el elepé homónimo. Comenzaban los años de gracia para Simon y Garfunkel; el uno se ganó el respeto del compositor y el otro la gloria del cantante, pero como suele pasar con las parejas artísticas y ya nos contó Alex de la Iglesia en 'Muertos de risa', las envidias pueden acabar hasta con los dúos más consolidados.



Hermano, este rollo está dabuti.


La verdad, no sé por qué les decía yo que los Monkees o Nancy Sinatra me pueden causar hasta cierto punto ese rechazo, y no así un artista de la Motown, donde todo era prefabricado. Quizá porque estos, a diferencia de aquellos, eran artistas de verdad curtidos en las tablas, o bueno, ya me entienden... Y ya les decía que esto solo son tonterías mías porque lo que importa es la música, y en estos géneros de soul y R&B este año hay mucho donde elegir. Les dejo dos temazos que me ponen los pelos de punta: el primero de Stax, el famosísimo de Sam y Dave, y el segundo mi preferido de las Supremes.



Al loro con California.


El tercer álbum de los Byrds tiene varios temas de altura, pero no puedo pasar sin dejar aquí el mayúsculo 'Eight miles eight', melódico e innovador, así como uno de los trabajos pioneros en eso que llamamos psicodelia. ¿Me preguntan qué es la psicodelia? Más de una vez me lo he preguntado yo mismo. Podría probar a definir sus características en el pop y en el rock, o responder al espinoso asunto de si tiene sentido hablar de ella en la música actual, pero en esta ocasión prefiero escurrir el bulto.


Sin salir de Los Angeles, el moderneo más gamberro estuvo representado como pocos por Love, banda multirracial de influencias variadas. Se volcaron en el rock garajero pero, motivado por los Byrds, el conflictivo Arthur Lee quiso aderezar su música con letras intrincadas. Jóvenes y arrogantes, a partir del primer álbum demostrarían que su pose iba escudada de gran talento, puliendo y refinando su nuevo material. Pero antes arrasaron con este single, una creación contundente que anticipaba sonidos que triunfarían en la década siguiente y, para este servidor, una de las mejores canciones de rock de aquellos años, lo cual es decir mucho.




¿Y estos dos qué tienen que ver?


Poco o nada, pero es el precio a pagar por el formato de parejas de pistas de audio, que el material queda desencajado; rellenen si quieren la hoja de reclamaciones. En cualquier caso, son dos canciones que me encantan: la primera, la más conocida de los neoyorkinos Lovin' Spoonful, mientras que la segunda, 'Nowadays Clancy can't even sing', forma parte del estupendo álbum debut de Buffalo Springfield y lleva en particular la firma de Neil Young. Buffalo Springfield surgieron como una banda con la rareza de sonar muy americana y a la vez muy influida por la música británica. The Byrds también cabrían en esa descripción, claro, aunque ambos grupos fuesen tan distintos. 

That's all, folks. ¿Y cómo cerrar esta entrada? Pues, como siempre, con un vídeo.

Comentarios

  1. Como sería de esperar, la muestra del 66 no será del gusto de todos, pero creo que sí es representativa del año.

    De 'Pet Sounds', yo escogería God Only Knows, un tema sencillo y sin muchas pretensiones, pero que me parece redondo. Todo opiniones, ya sabes, opiniones y recuerdos sentimentaloides.

    De Bob Dylan no diré mucho, en parte para evitar ser lapidado en la plaza pública, y también por respeto a Gordon Lightfoot que murió anoche. Como ya comenté en el blog de Rick, todos los que se consideran melómanos auténticos se jactan de tener el vinilo de 'Blonde on Blonde', pero si les preguntas cuándo fue la última vez que escucharon 'Sad Eyed Lady of the Lowlands' ENTERA, se les pone esa cara que ponen los perrillos cuando el dueño les sorprende haciendo una trastada.

    De Simon & Garfunkel, digo que eran de los que se toman la música en serio, lo cual no quiere decir poner caras largas, sino sólo considerar la música como un mundo donde se entra con todo, o si no, mejor dedicarse a criar cerdos vietnamitas y dejar la música para Los Ronaldos. Por ejemplo. (Por decir estas cosas me llaman fascista, qué tiempos tán tristes).

    Sobre 'You keep me hangin' on' es de los temas que me reconcilian con el sonido de Detroit, del cual no soy ferviente feligrés. Por cierto, no te pierdas la versión de Vanilla Fudge el año siguiente.

    Buena la elección del tema de The Byrds, cuando lo fácil hubiera sido coger otro más tópico. Agradezco que menciones a 'Love', un grupo subvalorado, que para mí, hizo su mejor trabajo el siguiente año, con 'Forever Changes'. Creo que eran otros que también se tomaban la música en serio.

    Mi apoyo a 'Summer in The City' ('Cool cat, lookin' for a kitty'), sólo con oírla ya se me anticipan los calores del verano y me entra el pánico. Y la mención a Buffalo Springfield, cuya canción no conocía, aunque ya se nota que sus componentes iban a hacer cosas interesantes más adelante.

    Echo en falta una mención a 'The Mamas & the Papas', y para concretar más, al tema 'I saw her again'. Pero no se puede tenerlo todo, hijos míos.

    Como siempre, gracias por traernos tán buenos recuerdos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Entangled.

      Perfectamente podría seleccionarse 'God only knows', que como curiosidad fue la canción que destacó Paul McCartney como su preferida de los Beach Boys (espero no equivocarme, lo digo de memoria). Otra que me gusta bastante es 'I'm waiting for the day'. En cualquier caso, para mi es uno de esos álbumes hechos para disfrutarse enteros.

      Primera noticia sobre Gordon Lightfoot. Lo estoy escuchando por primera vez en tu blog.

      Con respecto a 'You keep me hangin' on', sospecho que coincidimos en preferir la versión de Vanilla Fudge a la original de las Supremes. Estuve a punto de dejarla aquí también, pero quise mantenerme en los limites del año.

      'Forever changes' fue, sin ninguna duda, el techo artístico de Love, una obra maestra a la altura de su fama; después llegó la desintegración.

      Me gusta bastante el primer disco de Buffalo Springfield. Y mira he lo he descubierto hace relativamente poco tiempo. La canción que he dejado me atraoa especialmente.

      No te preocupes, porque acabas de incluir 'I saw her again', de los Mamas and the Papas. Como digo siempre, en este blog se agradece la ayuda y las recomendaciones. Lo de que no soy un entendido no es ninguna pose de falsa modestia. Así que gracias a ti por el comentario.

      Saludos.




      Eliminar
  2. Año prolífico, vive Dios.
    A mí los Monkees hayan intervenido en la grabación o no, no me hacen daño y Nancy tampoco. Es pop ligero, bailable, simpático no muy diferente de los que hacían las chicas francesas, Hardy, Vartan, France Gall etc., o las inglesas. La Motown hacía lo mismo tomando como modelo lo que surgió antes en el edificio Brick.
    La psicodelia ha envejecido fatal, salvando los grandes grupos clásicos. Hay mucha tontería que se ampara en la etiqueta. Me parece estupendo que se tomaran sus buenos tripis, pero eso no justifica ciertas pasadas vocales e instrumentales que ahora suenan algo latosas.
    Me gusta Dylan y ese disco Blonde on Blonde y también esa obra maestra de la pareja neoyorquina.
    Sam And Dave es otra pareja soberana, la cumbre de aquella música, a la altura de Otis con el que tanto tienen que ver.
    ¿Ese tema de Byrds es psicodélico o podría denominarse country rock? El problema es que queremos que las etiquets apresen lo que oímos y es imposible.
    ¿Summer in the City es un emblema musical de un tiempo pero es psicodelia, rollo hippie o un tema pop con sonidos de bocinas de coche?
    Buffalo Springfield tampoco es un grupo etiquetable. Tiene un sonido propio que en ocasiones tira hacia un lado rockero y en otras al tipo de canciones folkies de CSN&Y ¿Estarían en eso que llaman ahora Americana?

    Saludos. Felicidades por el curro

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Doctor.

      Decía Rick en su blog que la psicodelia es un género de singles, más que de elepés, y yo cada vez lo veo más claro según voy descubriendo nuevo material; siempre caben excepciones, claro. El caso es que se produjeron temas pesados, como dices, justificados en su momento puntual por la euforia de la vanguardia, y que han envejecido fatal, pero también otros que son auténticas joyas.

      Las etiquetas musicales, ya sabes, no agotan todo lo que intentan definir (sobre todo si esto es estimulante y de calidad, no una mera copia) pero nos resultan indispensables para hablar de este arte del que es tan difícil hablar, más allá de los elementos objetivos: notas musicales, compases, instrumentos, recursos de grabación, etc.

      La psicodelia la veo particularmente complicada de definir, porque en primer lugar se entiende en una época concreta, y eso implica entenderla como movimiento artístico plural en el que cabían géneros diversos, aunque también se compartían recursos comunes (cromatismo, experimentación, a veces instrumentos exóticos, etc). Así, consideramos psicodelia a temas muy distintos entre sí que compartieron momento: ''I am the walrus'', ''Roller Coaster'', ''Arnold Lane''... Y por otro lado también la podemos entender descontextualizada, como cuando definimos determinada canción actual como ''psicodélica'', y entonces la vemos como una serie de expresiones musicales más definidas, aunque en realidad suelan hacer referencia a aquella época o sonar como entonces. Pero en fin, dejo este asunto a los que saben de verdad.

      Es verdad que Buffalo Springfield tiene una mezcla muy buena de rock y folk de sabor muy americano (aunque asimismo el sabor británico fue lo que más me llamó la atención cuando me puse a escucharles en serio): las composiciones cuadran bien entre sí, a pesar de las diferencias entre los compositores.

      Un saludo, y gracias.

      Eliminar
  3. Has hecho una selección muy representativa, muy ajustada. Cada uno tiene sus gustos y siempre faltarán cosas (estamos en el 66, un verdadero vergel), pero desde luego no sobra ninguna. Y estamos de acuerdo en casi todos tus comentarios, empezando por Tina y esa cosa megalómana que hizo con Spector, que no cuadra nada con la Tina de entonces: su versión de tres años después, ya con Ike, me parece bastante mejor. Y después del respeto debido a Zappa y los Monks, sigamos.

    Ya sabes que a mí los chicos de la playa me gustan lo justito, así que me apunto al “Good vibrations” y paso a la casilla siguiente. Las dos “de pega” son igual de buenas; y me gustaría reivindicar un poco –solo un poco- a los Monkees, que si eran prefabricados en un principio luego fueron mejorando. Los Blues Magoos me gustan bastante, mientras que a los Elevators no les veo tanta maravilla (lo de Erickson y su grupo a veces me parece más hype “contracultural” que otra cosa, pero en fin). Ah, y muy de acuerdo con el señor Entangled sobre lo de Dylan. Y a Simon y Garfunkel, sencillamente, no se les toma en serio: hay la opinión general de que, bueno, sí, hacen canciones bonitas y tal, venden mucho, pero… ¿Pero qué? Pues eso, que venden mucho, y eso está mal visto (como Cat Stevens en la Isla, vamos). Son unos músicos como la copa de un pino, y sus canciones gustarán más o menos pero están siempre muy bien hechas, bien arregladas, muy trabajadas. Simon es un profesional acojonante, muy por encima de Wilson, Spector o quien sea (entre otras cosas porque tiene una formación superior, no hay más que escuchar sus discos en solitario). Ya está, ya lo he dicho.

    En cuanto a las dos perlas de la Motown y de la Stax, pues eso: dos perlas. Creo que en “You keep me hangin’ on” es en el único punto en el que no estoy de acuerdo con vosotros, ya que los Fudge siempre me han parecido otra pandilla de presuntuosos engreídos, vacíos, y que esa versión suya está bien para un rato pero ya cansa. Hombre, es que si coincidiésemos en todo la cosa sería muy aburrida, ¿no? Y luego ya seguimos con el acuerdo total en Love, Buffalo Springfield, los Byrds… En fin, lo normal.

    Por añadir algo: el garaje sigue pletórico, como demuestran los Count Five , mientras que debutan >a href=https://youtu.be/Cw-6-stIFJc> Jefferson Airplane

    Lo dicho: muy buena selección, como siempre. Queremos más.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Rick.

      Empiezo por el final de tu comentario. Tengo una deuda pendiente con estos Jefferson Airplane antes de Grace Slick; la canción que dejas suena muy bien.

      De los Monkees solo conozco ''LA'' canción, o sea, su famosa versión de ''I'm a believer'' que he dejado; ahora me has dado curiosidad: no espero gran cosa, pero los prejuicios es mejor dejarlos en casa.

      Sin ser ninguna maravilla, no me parece malo el ''The Psychedelic Sounds...'' de los Elevators, aunque entre otras cosas abusan un poco de ese efecto de pedal que hoy, lejos ya de aquel descubrimiento, es más ''ruido'' que otra cosa; ruido que tapa alguna carencia. Entiendo lo que dices del hype contracultural. Sin embargo, la canción que he dejado, ''Roller Coaster'', me gusta mucho; es con diferencia la que más he escuchado de ellos, oscura y envolvente.

      Con Simon y Garfunkel he tirado de la opción más obvia, o una de ellas, pero es que no podía dejar de elegir esa canción. Eran muy buenos músicos, sí señor. Te agradezco que lo argumentéis aquí.

      La de Vanilla Fudge la descubrí en tu blog, por lo que conocí la versión antes que la original, y a mí no me cansa en absoluto; como dices, cosa de gustos.

      Gracias por el comentario. Saludos.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Destrozando clásicos

 Recordando un viejo blog que tuve, he decidido retomar por una sola vez una mala costumbre de entonces, que era destrozar clásicos. Tengo la Telecaster y el ampli en un trastero, y a mi guitarra española le falta la cuarta cuerda (¡siempre se rompe la cuarta cuerda!), así que opté por darle un saborcillo rítmico a la versión casera, en lugar de melódico. Que Dylan y Hendrix me perdonen, pero aquí no tenemos vergüenza, somos unos sinvergüenzas.

Si quieres letra, lee un libro

 ¿Son importantes las letras en las canciones de pop o de rock? Sobre el viejo tema, hay poco que decir: considero a las letras en un plano secundario y, no obstante, ¿quién no prefiere que esa canción que a uno le hace vibrar vaya acompañada también de las palabras adecuadas? Por otro lado, ¿cuáles son las palabras adecuadas? Ni la letra puede ocupar el lugar de la música en la experiencia sonora, ni hay una única música adecuada para cada texto; música y literatura son dos artes distintas, pero pueden complementarse, y por ello una letra contribuye a dar entidad a una canción. Pues bien, a raíz del asunto se me ocurrió publicar una serie de entradas para jugar con la literatura y la música, idea que al final he condensado en una única entrada de blog. Quizá sea que llevo tiempo con ganas de resucitar mi blog de literatura que, como Peret, no está muerto, sino de parranda. Así pues, dejo claro de antemano que se trata solo de un juego, y en clave ligera debe entenderse también el títu

El despertar de la bestia

Hoy quiero reivindicar la primera época de Iron Maiden, por lo general bastante olvidada en relación a lo que vino después. Y es que, para el fan tradicional de la Doncella, no cabe el debate: lo mejor llega con Bruce Dickinson y se va con Bruce Dickinson; así, los años dorados del grupo comienzan con 'The number of the Beast'' (1982) y terminan con la salida del segundo vocalista tras 'Fear of the dark' (1992), aunque podemos acotar aún más el rango y cerrar la etapa clásica con el abandono del guitarrista Adrian Smith a finales de los ochenta. Tanto Dickinson como Smith volverían a la banda a finales de los noventa, para regocijo de los fans. Así, a pesar de haber contado con tres vocalistas en su haber, la esencia de los Maiden ha quedado ligada a la voz de Dickinson, y los discos más celebrados, esos que ocupan gran parte del setlist de los conciertos, son los de los primeros álbumes con Bruce al micrófono. Ahora bien, ¿son aquellos los mejores discos? Como no t