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De cantautores y cantarines

 Seguimos a vueltas con el asunto de las letras en la música... ¡Qué pesado! - me dirán. ¿Acaso no quedó todo dicho en la anterior entrada? Pues sí, dijimos lo poco que del tema pueda decirse. Tengan en cuenta, sin embargo, que no sobran disquisiciones si nos sirven para justificar una entrada, y más si el objetivo es compartir algunas canciones. Dicho esto, hagamos una pequeña parada en el género de los cantautores. Para empezar, ¿lo que llamamos canción de cantautor es un género musical en sí mismo? ¿Qué opinan ustedes?

Por la pregunta, ya imaginarán lo que yo opino del tema, pero nos entendemos si les digo que esta entrada va dedicada a rememorar algunas de mis canciones preferidas de cantautores y cantantes varios en lengua española, aunque colaré también a alguna artista relacionada que no puede clasificarse bajo este término. En esta ocasión, las canciones son sumamente conocidas; tan conocidas, que puede que se les atragante alguna de haberla oído tantas veces; si así fuese, no se corten en decirlo, aunque no tengamos libro de reclamaciones. Ya verán que lo que sigue no pretende ser ninguna lista de imprescindibles, sino tan solo otra pequeña selección personal de dudoso hilo conductor. Por eso notarán aquí ausencias notables: añádanlas ustedes, si lo quieren, y dejen en los comentarios alguna canción de su gusto.



Aún tengo la vida...


Aunque hacía mucho que no lo escuchaba, conservo con cariño en mi colección este disco que me agencié cuando aún era estudiante de secundaria. Recuerdo que la profesora de Lengua y Literatura nos hizo escuchar un día en clase uno de los temas, y yo, que siempre tuve facilidad para el entusiasmo, no tardé en comprarme el cedé, y me pasé una temporada a vueltas con él. 

Bastantes años después, aquel disco de Serrat salió a colación en cierta conversación que tuve con un amigo, profesor de literatura española. ''Serrat destroza a Miguel Hernández'' - o algo así me dijo aquel -  ''el que de verdad sabe recitar al poeta es Paco Ibáñez''. Lo que en realidad quería decir mi amigo es que la poesía siempre pierde al musicalizarla. Paco Ibáñez, del que mi padre también es gran admirador, es más un intérprete de poesía que un músico en sí mismo; un poeta que utiliza la música como medio para transmitir el mensaje. Yo, en cambio, defiendo lo que intentó Serrat en 1972, porque la poesía pierde al musicalizarse, pero la música siempre pierde si se pone al servicio de la poesía. Así que, como dice el chiste, ¿a qué estamos, a setas o a rolex? A día de hoy, no valoro por igual todas las canciones del álbum, pero les dejo con la que considero la mejor.



Quiero que no me abandones...


Luis Eduardo Aute es otro de nuestros clásicos, y también tuve mi época en la que me dio por descubrirlo; lo hice únicamente a través de esta obra recopilatoria, ''Auterretratos''. Antes de aquello, mi único contacto con el cantautor había sido en relación a Sabina, por su colaboración en el famoso directo ''Joaquín Sabina y viceversa'' (1986). Como sabrán, Aute era mayor que Sabina y había comenzado su carrera muchos años antes, pero los que nacimos después a veces descubrimos las cosas en el orden inverso.

Escucho ahora mismo alguna de las canciones del recopilatorio y me asaltan varias sensaciones. Recordaba algunos temas más vivos, mientras que aún puedo apreciar otros como entonces. 'Las cuatro y diez' es enternecedora, 'Pasaba por aquí' sigue defendiéndose sola, y lo mismo podría decir de alguna más, pero he perdido contacto con otras. Aute es un cantautor en el sentido más tradicional del término, aunque representó cierto pathos hedonista al que otros cantautores de su generación, de onda mucho más política, no quisieron acercarse. Sea como fuere, merece la pena pararse a disfrutar de sus mejores letras, cantadas con esa voz suave y sazonadas con acordes de piano o un fondo de cuerdas. La canción que les dejo es una de sus piezas más conseguidas, superior a otras en musicalidad y, esta sí, da la casualidad de que pertenece al Aute más político: publicada originalmente en el álbum 'Albanta' (1978), vuelvan a sumergirse en la hondura de 'Al alba'.



Desolado paisaje de antenas y de cables...


Si Aute supo internarse en el camino de la bohemia, Joaquín Sabina convirtió ese camino en el sentido de toda su obra; pocas veces puede decirse con tanta propiedad que un autor musical haya conseguido crear un mundo propio. De gran alcance y popularidad, seguramente lo amen o lo odien, aunque quizá sean ecuánimes y valoren alguna parte de su trabajo. Yo, aquí donde me ven, fui muy seguidor en otro tiempo, sobre todo siendo adolescente, y ya saben que de eso siempre conservamos algo. Hasta que cada nueva noticia del divinizado cantante empezó a volverse redundante, como también llevaban muchos años volviéndose más redundantes sus discos: cada vez con menos frescura, cada vez con unas letras más rebuscadas, cada vez más apoyados en esa voz ronca y ese personaje convertido en caricatura. Yo siempre he preferido al primer o el segundo Sabina, el de los ochenta, con la salvedad de algunos discos posteriores de gran calidad. 

Tras un primer álbum que no pasó de ser el trabajo pretencioso de un aspirante a artista, Sabina lanzó su primer clásico con 'Malas compañías'. Hablamos de una época en la que aún no había llegado el éxito, y Sabina y Krahe llegaron a asociarse para realizar La Mandrágora, junto a Alberto Pérez: el andaluz universal afincado en Madrid era más ambicioso, mientras que Javier, apegado a los cantautores franceses, era más pedante. Juntos lanzaron canciones ingeniosas y cada cual tenía madera para llegar lejos. El que lo consiguió fue Joaquín. Y ya saben que todo empezó perdiendo el tranvía.


No me puedo resistir a dejarles también...


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Dame los ritmos de los tambores...


Aunque no se lo crean - a mí a veces me cuesta creerlo -, un servidor fue durante su infancia al conservatorio a estudiar solfeo. Lo he olvidado casi todo. Seguramente con un poco de práctica podría volver a leer una partitura en distintas claves respetando el compás. O no. Pero prefiero recordar otro tipo de cosas, como por ejemplo la vez que la profesora nos llevó a clase el primer disco de Pedro Guerra, 'Golosinas' y nos hizo estudiar su tema más famoso. Yo, como tantos, conocía la canción, pero entonces pensaba que era original de Ana Belén. 

Ya guste más o menos su estilo, es difícil no conceder valor a aquel álbum del canario. Pedro Guerra es un músico al que siempre he respetado tanto por su trabajo como por su saber estar, aunque no lo haya seguido con detenimiento. El disco suyo que más he escuchado quizá haya sido ''Raíz'' (1999), pero les dejo aquí el temazo que le dio a conocer en ''Golosinas'' (1996), aunque fuese primero a través de Ana Belén.



No me puedo resistir a dejarles también...


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Una mañana fría llegó...


Hemos mencionado a Ana Belén, que no es ninguna cantautora, y sin embargo aquí está, aquí está, viendo pasar el tiempo. ¿A quién le puede caer mal Ana Belén? Actriz, cantante, directora, vedette... Hoy alguien la podría denominar influencer, esa dichosa palabra, y no estaría desencaminado, pues formó parte activa de la intelligentsia de la Transición. Bromas aparte, a mi juicio ha sido una buena intérprete, una cantante que supo transmitir carisma e inmortalizar un buen puñado de canciones que han trascendido y todavía suenan vivas. Ya no se publican éxitos como los de Ana Belén en el mainstream español, claro que tampoco la música tiene la importancia que aún tenía entonces. Acompañada de su marido, el también cantante Víctor Manuel, les dejo una de sus más recordadas canciones.


No me puedo resistir a dejarles también...




...que nunca logra dormir.


Sí, sé lo que están pensando, ¿ a qué viene esto aquí? ¿Ha perdido la cabeza el dueño del blog? Pues porque Ana Belén popularizó o relanzó canciones de compositores de todo pelaje, y otra de mis preferidas es esta de Manolo Tena dedicada a la simpar rubia platino de curvas explosivas, que aquí les dejo en su versión original de Alarma!!! 

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Cachitos de hierro y cromo...


Y ya sin venir al caso ni pretender enlazarlo con los anteriores, cuelo aquí a otro cantautor a quien respeto, con la que me parece su mejor canción aunque, en estos casos, hablar de una mejor canción siempre sea discutible, y más cuando, más allá de este disco y alguna canción suelta, no he seguido su carrera. Viendo la variedad de estilos que pululan en esta entrada, sin pretenderlo, sobra decir que hablar de la música de cantautor como si fuera un género musical propio es absurdo por definición.

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...algo parecido a un corazón.


Volvemos a Víctor Manuel, y ya se imaginarán la pieza que he escogido. Aprovecharé para volver con la matraca que comentábamos en la anterior entrada, eso de la música y las letras. Ya les dije que, si hablamos de música, lo importante es la música; eso es indiscutible. Sin embargo, también es cierto que una letra puede alumbrar a una canción e influir en nuestra experiencia al escucharla. Este conocido tema que les dejo podría ser discutido por el patetismo de su letra; a mí siempre me ha emocionado. Porque hasta los que vamos de machotes y no gastamos una lágrima ni cuando descubrimos que se nos ha acabado la leche a primera hora de la mañana, y no podemos prepararnos un café en condiciones, no podemos evitar que se nos humedezcan algo los ojos al escuchar una de las canciones de amor más bonitas surgidas en nuestros lares. 

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Ya acabamos y, para terminar, les propongo retomar al artista con el que comenzamos. Lo curioso es que, salvo trabajos muy concretos por los que siento devoción, nunca he sido del estilo de Serrat. Pero así como creo que no es necesario que uno sea muy afín a un estilo para apreciar sus cimas, creo también que esto que llamamos la música de cantautor, para entendernos, suele ser más de grandes canciones antes que grandes discos. Y no podríamos acabar con una canción más grande que la que les propongo.




'Y escondido tras las cañas
duerme mi primer amor.
Llevo tu luz y tu olor
por dondequiera que vaya...'

Comentarios

  1. Te diré que opino como tú, respecto a los cuestionable de lo de “cantautores” porque cantautor es todo aquel que canta temas de su autoría. ¿Qué pasa? Que sobre todo en la época de la trova cubana y aquí en los 70/80 sobre todo, se acuñó ese nombre para los cantantes con un componente de reivindicación social en sus letras, en fin, que es muy relativo esa terminología. Te diré tb, que me ha gustado mucho tu entrada y además me ha sorprendido.. gratamente jaja sobre todo por tu inclinación al punk-rock y rocks diversos ; ) Además te confesaré que a diferencia de vosotros ( los eruditos ) nunca he seguido la trayectoria artística de ningún músico, salvo contadísimas excepciones, siempre he sido de temas aislados, que a medida he ido escuchando los de tal o cual músico o banda, me han acercado más o menos a ellos. En general, centrándonos en lo que toda hoy, “los cantautores” siempre me ha gustado SERRAT, pero mucho más por los temas compuestos por él, que las musicalizaciones que ha hecho de poemas, ahí el único que me ha gustado realmente ha sido AMANCIO PRADA, que por cierto es del Bierzo como yo, la poesía de San Juan de la Cruz y Rosalía, la disfruté más con su música que a palo seco ; ) También me gustaron mucho en una época muy remota, MARIA DEL MAR BONET y sobre todo LLUIS LLACH, de este, hay un tema, T´estimo ( amor particular) que además de que me parece una de las canciones de amor más bonitas que se han escrito, me ayudó a que me dejara de sonar formal el t´estimo catalán, antes de él, me sonaba a “Muy Sr. mío” : ) Me gustó mucho tb SABINA aunque le vi una vez en directo siendo una estudiante totalmente colocado y bajó muchos enteros, vamos, el concierto fue un churro por eso. ANA BELÉN, tiene una voz preciosa y su compi VICTOR MANUEL tb me gusta, aunque mucho más su primera época que la última y este tema que cuelas precioso, aunque nunca me ha parecido de amor. Con AUTE tuve mis fases, llegué a aborrecer Al alba de tanto como sonó y el postureo que se dio mucha gente con ella y me reconcilié con él, con ESTE tema que meencanta. Algo de ISMAEL SERRANO, a PEDRO GUERRA lo pillé muy tarde y poquito, muy bueno ALBERT PLA, pero más por sus letras que su música, y tb un galleguiño muy majo ANDRÉS SUÁREZ aunque como IVAN FERREIRO son un tanto depresivos, como NACHO VEGAS tb es bueno, como JOSE IGNACIO LAPIDO, estupendo letrista. Después, de KIKO VENENO me gustan cositas, por ejemplo ESTA que hizo hace un par de años con C. Tangana, pero me parece más un fiestas, que un cantante serio y pido perdón porque lo conozco poco, un poco ; ) otros dos que no son cantautores al uso pero fueron geniales, los tristemente fallecidos por lo mismo ANTONIO VEGA y ENRIQUE URQUIJO y lo dejo que seguro que me salen más y no termino. Te agradezco mucho estas entradas más asequibles para los que no estamos a la altura de los grandes estudiosos como tú y RICK: )
    Abrazo fuerte!

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    1. Hola, María. Ya veo que coincidimos con lo del género de los cantautores, que has explicado bien. Muchas etiquetas son así, tienen su utilidad en un periodo concreto y luego nos sirven para entendernos; no siempre podemos pedirles más precisión. Te confieso que incluí esa cuestión solo por darle juego a la entrada.

      Das en el clavo al pensar que estos no son precisamente mis géneros preferidos, pero todos tenemos material que nos gusta en muchos terrenos distintos, y en esta entrada he querido reivindicar algunas de mis canciones preferidas de cantautores y cantantes españoles muy populares. He abierto un poco el campo para incluir a Ana Belén, porque para mí está relacionada con buena parte de la muestra que dejo aquí, pero sin abrirlo tanto como para meterme en otros terrenos musicales más alejados.

      Luego, por supuesto, hay muchos estilos populares que nunca he querido tocar ni con un palo, sobre todo de este siglo. Pesa la formación sentimental de cada cual, así como otros sesgos. A partir de cierta edad, es más complicado que uno quiera salir de su zona de confort o abrirse a determinadas cosas; no digo que esto sea conveniente, sino que es un sesgo natural que tenemos todos.

      Creo que conoces a más cantantes españoles que yo. Recomiendas aquí a varios que ni me suenan, otros que me suenan pero no conozco y otros tantos que conozco, pero que no me gustan tanto. Tengo un par de discos de Ismael Serrano, por ejemplo, a quien también escuché en su día y respeto como artista, pero descarté incluirlo porque no me pegó tan fuerte como otros. En cualquier caso, es un buen ejemplo de cantautor de herencia, pues tomó el relevo del espíritu de los cantautores españoles de los sesenta y setenta; la conexión está muy clara. Y su voz aterciopelada lo hace único, nos gusten más o menos sus discos. Así que me alegro de que lo incluyas.

      En el lado contrario, el que no me gusta nada, de los que has mencionado, es Albert Pla: más que un músico, yo lo veo como un showman o un artista polivalente, pero no me dice nada su trabajo, y quizá sea yo el que no esté a la altura; simplemente, no conecto con él.

      Con el trabajo de Antonio Vega tampoco he conectado (otra cosa son algunos temazos de Nacha Pop), pero puedo escucharle sin problemas. Apenas he oído algo de Nacho Vegas e Iván Ferreiro, entre otros que citas. Y de Lluis Llach, puedo decir que Lluis Llach es uno de esos cantautores clásicos que me han llegado muy superficialmente, por dos o tres canciones; no es lo mío. Como tampoco lo es en general Mikel Laboa, el pata negra de los cantautores en lengua vasca, a pesar de tener unas pocas canciones que me parecen sublimes, sin exagerar nada la palabra. Ya me puedes perdonar que no comente todos los que has dejado, porque saldría un comentario muy largo.

      Del que sí quiero decir algo, especial, es de uno que conocía de nada y me has enseñado tú, Amancio Prada. Acabo de escuchar ''El enamorado y la muerte'' y me han gustado la interpretación y los arreglos. Como me gusta la poesía de Juan de la Cruz, tendré que buscar esas versiones y algún tema más de este señor. Así que te agradezco que lo hayas traído.

      (Continúo en otro comentario)

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    2. Continúo aquí, porque te he escrito un largo comentario del tirón y blogger no me permitía publicarlo.

      Por último, no puedo reprimirme, aunque con ello me repita, porque ya te lo dije una vez: no soy ningún erudito ni experto musical, y esto no es una pose de falsa humildad. La música siempre me ha acompañado (también contribuyó a descentrarme de los estudios en la adolescencia, así que no todo es bueno), y cuando a uno le gusta la música, es natural adentrarse en la obra de esos grupos o artistas preferidos, pero un experto es otra cosa distinta. Como te dije una vez: te sorprendería la cantidad de música que desconozco. En la blogosfera, mismamente, he descubierto a grupos que luego se han vuelto muy importantes para mí, y antes desconocía por completo. Poco a poco vas aprendiendo más, pero esto no es el programa de Pasapalabra, sino una afición que implica a veces conexión, biografía, pero también interés y experiencia.

      Ya que he mencionado la adolescencia, tuve un compañero de clase, Luisbo (así le llamábamos) que fue también un buen amigo, y era como yo, un entusiasta, de ningún modo un experto. Ambos éramos los frikis de la música de clase, como se diría ahora, pero repito: de expertos nada de nada. Nunca he conocido a mayor fanático de Iron Maiden y de Kiss como Luisbo: de esos dos grupos se sabía todo, y cuando digo todo quiero decir ''todo'': solo escuchaba a esos dos grupos, o por contagio a bandas muy similares o influidas por ellos, y solo vestía camisetas de Iron Maiden y de Kiss. Yo era parecido con otros grupos de rock y punk-rock, aunque ni de lejos era tan cerrado como él. Luisbo era el mayor experto en los Maiden, pero si le preguntabas por los Beatles, igual te mencionaba solo sus canciones más famosas, y eso le daba igual, y es comprensible que le diera igual, porque era feliz con sus dos bandas preferidas. El caso de Luisbo es un tanto extremo y muy dado a la adolescencia, aunque también creo que es un perfil que ya está desapareciendo, pero me vale como ejemplo.

      El objetivo del aficionado no es saber más, solo por el hecho de saber más, lo cual sería absurdo, sino disfrutar mejor, y descubriendo cosas, a veces uno encuentra lo suyo, lo que sientes que está hecho para ti, y entonces volvemos a lo único que importa, el disfrute.

      Y después de tremenda chapa, dejo ya el comentario. Un abrazo.

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  2. Un cantautor es para mí un tipo que da más importancia a la letra o al mensaje que a la música, lo cual hace que a priori no sean de mi agrado. Pero después los hay que tienen calidad musical, con lo cual todos contentos. Por ejemplo, el Serrat de los sesenta setenta, y el tema de Miguel Hernández que pones. Una de las bases de la poesía es la musicalidad de sus versos, aunque en la actual parece que haya desaparecido en general esa variable. Si la melodía que acompaña al poema sigue la sonoridad de los versos, creo que lo realza. Amancio Prada es un maestro en ello, sabe sacar la secreta musicalidad de los poemas para vestirlos con un traje nuevo lleno de hermosura. Sobre Paco Ibáñez tienes razón en que es más un recitador, monótono, que un músico.
    Aute me parece el mejor cantautor que hemos tenido. Sus letras intimistas, a veces conceptuales, entre cínicas y hedonistas, las melodías etéreas, evanescentes, hacen de él un autor imprescindible para mí. A ojo puedo calcular como treinta temas que me encantan, y mantuvo el nivel hasta su último disco.
    Sabina, como bien dices, se le puede aguantar hasta los ochenta, y después tiene alguna que otra cosa, pero en mi caso el personaje casi puede con su obra, me resulta un tipo inaguantable.
    Los demás de la lista no me dan ni frío ni calor, quitando a Kiko Veneno. Sin ser muy amante del flamenco, su intento de mezclarlo con el pop me parece de recibo.

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    1. Me parece una buena forma de conceptualizar el asunto, la tuya. Luego está el tema de la musicalidad, muy importante en la lírica, aunque muy complejo. En la poesía actual parece que se evita la rima como si fuera la peste, lo cual es una pena... Pero no soy quién para hablar del tema, porque soy más de prosa y apenas leo poesía, y de lo que se publica ahora apenas me llegan ecos; tú estarás más puesto.

      Las letras de Aute son muy buenas, y sin duda tiene canciones brillantes. Como he escrito en la entrada, a día de hoy aprecio unas cuantas, pero no soy un especial seguidor de ese estilo. Pero, de entre las que más me gustan, doy mucho peso a las letras.

      A Sabina lo vemos igual; a mí también se me atraganta un poco el personaje, y en parte tiene que ver lo divinizado que está y el peloteo que recibe. Pero lo he escuchado mucho, con diferencia mucho más que cualquier otro cantautor, y tiene canciones que me encantan. Me gusta ese mundo que supo construir, en especial el Madrid sabiniano, que me atrevo a decir que forma ya parte de la cultura inmaterial de la corte.

      Paco Ibáñez no es lo mío, no lo veo como un músico, pero es un autor que recibí desde la infancia, por mediación de mi padre. Galopa caballo cuatralbo, jinete del pueblo, que la tierra es tuya... Andaluces de Jaén, aceituneros altivos... Ya ves que una de las palabras que más he repetido en la entrada es ''respeto''. Con los cantautores tendemos, hasta cierto punto, a valorar la obra en relación a la persona, por muy engañoso que sea esto, que lo es. Pues la música de Paco no es lo mío, pero es la voz de parte de una generación, y por ello tiene mi respeto.

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  3. Uf. Cantautores. Lo siento, pero no es mi palo. De todos modos, me ha encantado la respuesta de Chafardero porque, en síntesis, es más o menos lo que podría decir yo. Veo además que tenemos opiniones muy parecidas sobre Paco Ibáñez (un ejemplo claro de escritor/poeta que se mete a músico para dar salida a sus textos y de paso populariza otros de gente conocida), y que Aute es probablemente el más equilibrado de todos.

    Habría que matizar un poco el personaje de Amancio Parada, que es mucho más que un cantautor. En esencia es un lírico, pero al mismo tiempo tiene una formación musical espléndida y ha rescatado varias tonadas de siglos pasados; de hecho, es un estudioso que ha entrado a fondo en la historia de los trovadores medievales. A veces resulta un poco denso de más, pero es lógico por el material con el que trabaja. La musicalidad, efectivamente, es una de sus obsesiones.

    Quizá el mayor mérito de Serrat ha sido, aparte de dar a conocer la obra de Hernández o Machado, el saber llegar a las masas "envolviendo" muy bien los textos con música trabajada, con orquesta incluso, dando el mismo valor a una cosa que a la otra. Hemos hablado varias veces de cómo Dylan llegó finalmente a romper ese "techo de cristal" que separa al mundo de los aficionados folkies, casi una secta, del resto de los mortales: electrificando su música, haciéndose acompañar de un grupo. Creo que los personajes como Serrat entendieron eso de inmediato. Sabina es otro estilo, pero más o menos siguió ese mismo patrón.

    Luego ya, sintiéndolo mucho, los personajes como Víctor Manuel y Ana Belén me dan grima. Pedro Guerra, al que esos dos deben mucho, me gusta para un rato. Y Kiko Veneno me cae bien, es simpático y tiene gracia, pero el buen rollito andaluz me acaba cansando.

    En fin, no tengo mucho más que decir sobre esta gente. Lo siento.

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  4. "Parada" he escrito. Vaya por dios...

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    1. Nada que sentir, te agradezco la honestidad y el comentario.

      Tampoco es mi palo, aunque he querido reivindicar aquí algunas canciones, y he aprovechado para desempolvar algunos discos (metafóricamente hablando), unos con mayor deleite que otros, pero siempre rescatando algo, incluso con artistas cuyo trabajo en sí no me va demasiado, como Kiko Veneno o Serrat, salvando todas las diferencias. Luego, es distinta la solidez del trabajo de un Serrat que de un Víctor Manuel, por supuesto. De hecho, no tengo ningún disco de éste, pero insisto en que esa canción en particular me emociona.

      En cuanto a la superación del cantautor a palo seco (tipo paco Ibáñez o Mikel Laboa), Sabina siguió la línea de Serrat, entre otros, pero por distintas razones relaciono más a Sabina con Aute que con Serrat. Y mira que ambos - Serrat y Sabina - se han tratado durante años y han compartido giras. También Sabina se distancia mucho de Aute en lo musical, pero lo veo en parte como un sucesor espiritual, por así decir. Pero bueno, no soy ningún entendido en el género y esto no tiene mayor importancia.

      Parece que todos coincidimos al definir a Paco Ibáñez, y me ha alegrado que los tres me hayáis descubierto a Amancio Prada, que como le decía a María, es un músico del que no me sonaba ni el nombre. Por cierto, espero que con esta muestra (más) se convenza de una vez de que no soy esa especie de erudito musical por el que me tomaba.

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  5. Bueno, aunque sea ya algo tarde, confirmar mi preferencia por Serrat, un artista que supo representar como ningún otro la musicalidad de los cantautores de la época. Por musicabilidad entiendo el nervio lírico, poético y compositivo que mejor enlazaba con las aspiraciones musicales de los oyentes de entonces. Un fuera de serie, realmente.
    Del resto, Paco Ibáñez, tuvo algo más que su puntito reivindicativo, sus concieros en directo pusieron a la peña en órbita parisina, lo cual no era moco de pavo.
    Por no cansar a la audiencia, Aute, lo vi en un concierto, sublime, su apuesta era más rive-gauche, 68´s for ever, estuvo muy bien. A Sabina también le vi en La Mandrágora, aquello se acercaba a un cabaret del Berlín de Weimar, histórico.
    Saludos.

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    1. En el debate sobre la adaptación musical de la poesía, yo también defiendo lo que hizo Serrat, pero el único trabajo al respecto que conozco bien es este ''Miguel Hernández''.

      Y me quito el sombrero: no creo que haya mucha gente que pueda decir que vio a Sabina en La Mandrágora. La fama de verdad llegó después.

      Saludos.

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