Hoy es un jueves extraño; la gente es extraña. La huelga ha dificultado el transporte, pero me he relajado al volante; la lluvia no ha dado tregua, pero en ella se respira mejor; esa mujer me ha sonreído al pasar, pero nunca más volveré a verla. Cada uno de los seis álbumes de los Doors vale su peso en oro, pero todos tenemos un ojito derecho, y el mío es el segundo, publicado el mismo año que el primero, ese monumento que casi parece un grandes éxitos. Y es que, objetivamente, el segundo disco grande de los Doors no es superior al primero; ambos sacan provecho de la primera remesa de composiciones del grupo, y ambos terminan con un tema largo apropiado para la sinergia del directo, pero, por distintas razones, todo en Strange days tiene un aire bohemio muy particular: inspirado, extraño y bizarro en el sentido anglosajón del término. Para recrear esta semana otoñal, les dejo con el segundo corte, 'You're lost little girl'. The Doors (1967) You're lost little girl. St
Esto va de música, más o menos